Biblioteca Nacional de Panamá: 80 años haciendo historia

Biblioteca Nacional de Panamá: 80 años haciendo historia


Ya vestíamos de secundaria cuando fui por primera vez a la Biblioteca Nacional: nos fuimos desde el Instituto Comercial Panamá hasta su antigua sede cerca de la Asamblea, y el recinto me pareció un milagro. Fuimos a un mostrador y las muchachas preguntaron por lo que necesitábamos de Biología o de Historia, no recuerdo, pero allí estábamos, en aquel viejo edificio que no sabía yo que guardaba lo más importante de un país: su memoria.

Hacer historia sin pretenderlo, es lo que llevan haciendo los responsables de la Biblioteca Nacional, que cumple este año 80 años. Desde su inauguración hasta la fecha, pasando por dos mudanzas hasta llegar a su actual sede, nuestra principal casa de la memoria ha luchado a brazo partido, no sólo por preservar nuestro acervo cultural por escrito, sino también por acercar a los panameños a sus instalaciones con el propósito fundamental de implicarlos en la tarea necesaria de recordar y reflexionar desde la lectura.

Vale la pena, en este año de sus 80 años, pensar en una verdad que no suele gustarnos: nunca ha gozado del cuidado gubernamental que se merece. Y no confundamos el buen hacer de sus encargados y funcionarios (desde su inauguración hasta este mismo instante), con la falta de interés que ha sufrido por parte de los gobiernos, cualquiera de ellos, durante su historia. Hemos tenido como país, siempre, una mala relación con los libros y las bibliotecas, y no es hasta hace muy pocos años que hemos comenzado a corregir esa tendencia.

La Biblioteca Nacional, su patronato, sus eficientes y dedicadísimos funcionarios, han heredado de sus antecesores el entusiasmo y el cariño por lo que hacen. Porque cuidar el patrimonio cultural en forma de libro o de periódicos, no es una tarea fácil: requiere de un cierto amor y pasión por el conocimiento, por la custodia de la memoria, y los hombres y mujeres que allí nos atienden, tienen ese espíritu de salvaguarda que, aunque no suple las necesidades físicas evidentes de la institución, sí que nos garantiza la tranquilidad de saber que nuestros libros están en buenas manos.

Ahora que vamos rumbo a la Feria Internacional del Libro de Panamá, cabe destacar una de las grandes iniciativas que ha puesto en marcha nuestra Biblioteca: la Editorial Biblioteca Nacional, que cuenta con 15 publicaciones desde el año 2016, siendo la última de ellas una antología esencial de la obra de Roque Javier Laurenza, cumpliendo de esta forma el objetivo de salvaguarda y promotor de nuestro acervo. Ante la poca visión editorial en términos de rescate de nuestros clásicos, la Biblioteca Nacional hace frente a su labor buscando los medios necesarios para financiar este proyecto que debería estar directamente sufragado por el Estado.

Otra de las maravillas de la Biblioteca es la Hemeroteca, su hermana melliza y memoriosa. Los periódicos y revistas son siempre un viaje al pasado, a lo cotidiano e intrahistórico de nuestro país. Se están digitalizando revistas y periódicos para facilitar el rastreo de noticias y conocer mejor nuestro pasado que, aunque muchos no se lo crean, sorprende para bien, para la esperanza.

Queda por delante mucha tarea, pero estamos en buenas manos. La Biblioteca Nacional de Panamá sabe cómo cuidar, no sólo de nuestro patrimonio, sino también de sus autores. El cariño, la profesionalidad y las ganas de ser la casa de todos, hacen que cada vez más sus instalaciones, allí en la colina del Parque Omar, se convierta en un punto de encuentro entre escritores

y lectores, en espacios de promoción de la lectura y reflexión crítica.

La historia que ha escrito con tesón heroico la Biblioteca Nacional, hay que seguir trabajándola. La escribimos todos los ciudadanos, y su éxito y preservación es síntoma de nuestro nivel cultural como país. Nunca como ahora hemos necesitado tanto de la Biblioteca y de los libros, nunca hemos requerido tanto mirar a nuestro pasado reciente como hoy. Y es en un lugar tan significativo como una biblioteca, como la Biblioteca Nacional de nuestro país, donde podremos encontrar las herramientas para construirnos un país mejor que el que tenemos ahora entre manos. Quizás allí podremos entrever el camino que nos lleve de vuelta al lugar de donde nunca debimos movernos.

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