El cine, reflejando la vida misma, ocupa un lugar privilegiado en el corazón de nuestra cultura e industrias creativas. A pesar de la creciente incorporación de estos conceptos en el discurso común de los ámbitos político y social, y de los avances logrados gracias a iniciativas apoyadas por entidades como el Banco Interamericano de Desarrollo, el Ministerio de Cultura, y el Ministerio de Comercio e Industrias, es crucial reconocer que, en momentos decisivos, el apoyo a estas áreas fundamentales para el fortalecimiento de las naciones, y especialmente la nuestra, suele ser insuficiente.
La capacidad transformadora de las expresiones culturales y artísticas sobre la sociedad es indiscutible. Resulta imperativo que tanto el sector público como el privado en Panamá se comprometan a invertir, respaldar y promover actividades que impulsen el desarrollo comunitario. La promoción de incentivos fiscales atractivos por parte del Estado puede servir como un catalizador para la inversión privada en el ámbito cultural, beneficiando así a la sociedad en su conjunto y fortaleciendo las finanzas del Estado. Este enfoque estratégico no solo posicionará a la gestión cultural de Panamá y a sus creadores en el panorama internacional, sino que también enfrentará desafíos como la emigración de talentos y la invisibilidad de logros significativos ante una ciudadanía que anhela inspiración.
El Festival Internacional de Cine de Panamá y su Fundación no solo han establecido un festival de cine de renombre mundial, sino que también han jugado un papel crucial en el desarrollo del cine en Panamá y la región. Entre sus efectivas iniciativas, la creación de los fondos de apoyo Primera Mirada y Su Mirada (el primer fondo dedicado a mujeres cineastas en América Latina hasta la fecha), la fundación ha elevado el perfil de Panamá en el escenario mundial, siendo reconocida en festivales prestigiosos como Cannes, Berlín, Venecia, Guadalajara y San Sebastián. Esto ha beneficiado a cineastas de Centroamérica, el Caribe y Panamá, entre ellos a Ariel Escalante, Nelson Carlo de los Santos Arias, Jayro Bustamante, Ana Elena Tejera, Kattia González, entre otros.
IFF Panamá ha sido fundamental en las carreras de más de 50 cineastas de nuestra región, convirtiéndose en un evento emblemático para ellos, un hogar donde expresan su amor por nuestro país, su gente y el festival. A lo largo de sus años, el festival ha promocionado a Panamá ante más de 77 millones de personas. Antes de la pandemia, el evento cultural generó alrededor de 14 millones de dólares para la economía local. Además, fue el primer festival en América Latina en contar con un espacio en un canal de una aerolínea internacional (Copa Airlines), permitiendo que, hasta la fecha, más de 500 mil pasajeros descubrieran la riqueza de vida y cultura de Latinoamérica.
En sus momentos más destacados, el festival reunió a más de 20 mil asistentes y 130 invitados internacionales, presentando entre 60 y 70 películas, además de ofrecer cursos, talleres y charlas a estudiantes, profesionales y al público en general. Ha sido la primera experiencia cinematográfica para más de 6 mil niños y ha generado empleo para más de 90 personas durante el período de organización.
Más allá de las cifras, la cobertura mediática del Festival Internacional de Cine de Panamá ha consolidado la imagen de nuestro país como un pilar en el desarrollo del cine regional. Hasta la fecha, seguimos siendo reconocidos por este esfuerzo, lo que demuestra la importancia de nuestro trabajo. Además, más de mil panameños han participado en nuestro programa de voluntariado en los últimos 12 años, mostrando la cara más acogedora de nuestro festival, tanto a locales como a visitantes internacionales, y destacando el espíritu comunitario y la hospitalidad panameña.
¿Por qué el cine es vital y por qué debemos continuar nuestra lucha por él en todos sus frentes?
La respuesta radica en su poder único: nada revela la esencia de la vida tan cruda y bellamente como lo hace el cine. Nada nos une como el cine. Por eso, el cine es vida. Por lo tanto, les extiendo una invitación sincera a experimentar la fuerza sublime de esta manifestación humana. El festival, preparado con todo el amor, excelencia y profesionalismo que caracteriza a su maravilloso equipo, promete una experiencia inolvidable del 4 al 7 de abril.
