‘Cinema Paradiso’ - La película del abuelo



Uno de los grandes clásicos del cine Italiano, Cinema Paradiso de Giuseppe Tornatore explora a través del personaje de ‘Toto’ Salvatore la vida de un hombre profundamente apasionado por el cine.

De la mano del proyeccionista de su pueblo en Sicilia, Alfredo, Toto se embarca en la aventura de la vida, donde se descubre a sí mismo y su lugar en el mundo. Es una hermosa película que para los amantes del cine refleja sobre nosotros la familiar imagen de un niño asombrado y cautivado por las imágenes que se mueven frente a él.

Visualmente, Cinema Paradiso es un homenaje a la “época dorada” del cine italiano. Evoca imágenes reminiscentes del neorrealismo italiano, como la arquitectura de un humilde poblado que se vio en Ladrón de Bicicletas. Pero también nos presenta tomas íntimas y sentimentales, evocando el cine post-modernista, como La Dolce Vita de Fellini.

Sin embargo, el propósito de la obra se centra en la nostalgia, utilizando un formato narrativo de “flashbacks” para contar gran parte de su historia, lo cual genera en la audiencia un sentimiento de añoranza por los años de antaño. Una visión del cine desde una época más sencilla, donde jugaba un rol comunitario para entretener, pero también expandir los horizontes de su audiencia. Tornatore, quien se inspiró en su propia vida para escribir la película, es elocuente tanto en el lenguaje visual que emplea, como las ideas y comparaciones que evoca a lo largo de la película, la más evidente siento la experiencia cuasi religiosa de Toto con las películas.

‘Cinema Paradiso’ - La película del abuelo
“Cinema Paradiso” de Giuseppe Tornatore explora a través del personaje de ‘Toto’ Salvatore la vida de un hombre profundamente apasionado por el cine.

Estos sentimientos de añoranza y asombro son amplificados por el magistral arreglo musical del legendario Ennio Morricone, que nos brinda una de las grandes composiciones musicales de la historia del cine. El personaje de Toto es interpretado por Salvatore Cascio, Marco Leonardi y Jacques Perrin en las tres etapas de su vida. Los tres actores brindan actuaciones cargadas de emociones. Sin embargo, es Philippe Noiret como Alfredo quien toca nuestros corazones. Un hombre humilde y sencillo, que quiere a Toto como a un hijo y le muestra la magia del cine. La figura de Alfredo es más que un maestro, es la figura paterna que muchos en la audiencia podrán identificar en un familiar, mentor o amigo que durante momentos claves fue esa voz de sabiduría y conocimiento que nos llevó de la mano hacia nuestra vocación.

Cinema Paradiso culmina con una escena final memorable, que se ha introducido en los cánones del cine como una de las más emotivas en la historia del medio cinematográfico. Al margen de tratarse de uno de los grandes clásicos del cine italiano, y una película que a nivel técnico y narrativo es memorable, Cinema Paradiso tiene un lugar especial en mi corazón. No solo por ser una de las películas más bonitas que he visto, sino por ser la película favorita de mi abuelo. Al igual que el protagonista, en su día fue un proyeccionista del Teatro Capitolio, lo cual le imprimió un amor por el cine que exitosamente logró heredarme. En la semana de su natalicio me parece oportuno recordar que a veces, muy rara vez, es la vida la que imita al arte.


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