Conozca cómo se forman los huracanes y en qué influye el cambio climático

Conozca cómo se forman los huracanes y en qué influye el cambio climático
Fotografía satelital del huracán Milton en el Golfo de México. EFE


Los huracanes Helene y Milton han estado azotando varios países de la región en las últimas semanas dejando a su paso inundaciones, cientos de fallecidos y destrucción. Pero ¿conoces realmente cómo se forman estos fenómenos meteorológicos?

Según la Comisión Nacional de Prevención de Riesgos y Atención de Emergencias de Costa Rica, el término científico para este fenómeno es “ciclón tropical”.

Sin embargo, dependiendo de su ubicación, recibe diferentes nombres.

Los ciclones tropicales que ocurren en el hemisferio norte, al este de la Línea Internacional de Cambio de Fecha, se denominan huracanes. Mientras que aquellos que se forman en el Pacífico noroccidental se llaman tifones, según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos.

Estos fenómenos pueden alcanzar diámetros de hasta 1,000 kilómetros y alturas de 10 kilómetros, con vientos que superan los 200 kilómetros por hora y ráfagas de hasta 400 kilómetros por hora, produciendo fuertes lluvias y causando grandes daños en las áreas afectadas.

Alex DaSilva, pronosticador de huracanes de AccuWeather, explica también, que para la formación de un huracán, se depende de la combinación de temperaturas oceánicas cálidas y la ausencia de cizalladura del viento, que es una especie de corte producido por la acción de fuerzas opuestas.

Además, para que un huracán se forme, el agua de la superficie oceánica debe alcanzar una temperatura de al menos 26 centígrado.

En el Sexto Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en ingles) publicado en el 2021, se afirma que el calentamiento global influye en la intensidad y el impacto que tienen los huracanes.

Con el calentamiento global, se espera que la intensidad de los huracanes continúe aumentando y se proyecta un incremento del 7% en la intensidad por cada grado centígrado adicional.

El aire caliente sobre el agua cálida proporciona el “combustible” necesario para alimentar el sistema. El aire cálido asciende rápidamente, generando un sistema de baja presión, hacia el que se precipita más aire caliente, permitiendo que la tormenta crezca.

Por ejemplo, cuando se hierve agua en una olla, a medida que esta se calienta, el vapor empieza a subir. Este vapor sería como el aire caliente que se eleva del océano cuando el agua está tibia.

Ahora, si se tapa la olla, el vapor seguiría acumulándose y aumentando la presión dentro, haciendo que el vapor salga con más fuerza. Esto es similar a lo que pasa en un huracán para que crezca y acumule fuerza.

Matt Rosencrans, del Centro de Predicción Climática de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOOA por sus siglas en ingles), añade que la intensidad de un huracán también está influenciada por el contenido de calor en los primeros 100 metros de profundidad.

Si hay una gran reserva de agua caliente en esta profundidad, la tormenta puede seguir intensificándose.

Los huracanes se clasifican en diferentes categorías según la velocidad de sus vientos, usando la escala de Saffir-Simpson:

  1. Depresión tropical: vientos de hasta 63 kilómetros por hora.

  2. Tormenta tropical: vientos de entre 63 kilómetros por hora y 117 kilómetros por hora. En esta fase, la tormenta recibe un nombre.

  3. Huracán: A partir de 118 kilómetros por hora.


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