Este viernes 22 de abril, Cristina Peri Rossi (Montevideo, 1941), no podrá recoger en persona su merecidísimo Premio Cervantes. Su estado de salud se lo impide, y lo hará en su lugar la actriz argentina Cecilia Roth. El Cervantes vuelve a la presencialidad, pero la ausencia de la escritora nos recuerda la fragilidad de todo y lo importante que es honrar y reconocer a los mejores en los mejores años de su vida, sobre todo cuando ya hace muchos años, y muchísimas letras, han demostrado que su lugar en la Literatura está fuera de toda sospecha.
Novela, cuento, poesía y ensayo, Peri Rossi no ha dejado de mirar el mundo, no ha dejado de calibrarlo con una precisión sencilla y rompedora, demoliendo fronteras morales, vitales y estéticas, siempre a favor de una voz que ilumine lo privado y lo íntimo con tintes de mordacidad, ironía inteligente y mucho humor. Porque al fin y al cabo, al leer a Cristina Peri Rossi, terminamos siempre con un mohín muy cercano a una sonrisa cómplice.
La editorial Menoscuarto recupera Habitaciones privadas, y publicó, la muy recomendable, La insumisa, novela autobiográfica que es quizás más un libro de memorias disfrazado de novela, en la que la autora desgrana con un estilo pulcro y sencillo su infancia, con pasajes de una belleza nostálgica brillante.
En Habitaciones privadas (galardonado en 2010 con el Vargas Llosa de relatos), arrancamos a sonreír y a mirar con superstición literaria el cuento que abre el libro, After hours, que arranca como Cervantes su prodigioso Quijote, y que nada tiene que ver con él, y que olvidamos en cuanto seguimos de largo para sumergirnos en un cuento prodigioso.
Luego están La lección de zoología, todo un portento explosivo de exuberante prosa, de encendidos sentimientos y de hondísimas pasiones, donde un florido erotismo estalla al servicio de una historia estremecedoramente estimulante, y Dormir de amor, que retrata muy bien lo que de verdad ocurre en la mayoría de las habitaciones privadas, nada es lo que parece, y puede suceder cualquier cosa. Un libro perfecto para empezar a descubrir la cuentística de esta escritora fundamental.
Poeta también, obtuvo en 2009 con Playstation, el premio Loewe, convirtiéndose en la primera mujer en obtener este galardón. La poesía de Peri Rossi, también tan urbana y tan íntima como sus cuentos, revela la precisión de la uruguaya a la hora de fijar en imágenes líricas lo cotidiano. La memoria, la infancia, la sensualidad y el erotismo, tienen los colores y las formas de un Hopper. Un libro excelente para adentrarse en el trabajo poético de Cristina Peri Rossi.
La gran lección de la obra de esta uruguaya eterna es, sin duda alguna, el profundo disfrute de la libertad en todos los aspectos de su trabajo. En estos días de cancelación y simplificación, de cretinismo crítico y de ausencia de lecturas e imposición del pensamiento único, la obra literaria de Cristina Peri Rossi se alza como un catálogo de libertades y de miradas que nos son, ahora que leemos hacia atrás, que sacamos la cuenta de lo vivido y puesto por escrito, muy necesarios para no dejarnos dominar por el miedo a una minoría de miradas estrechas y afilados perfiles en redes sociales.
Decía Cristina Peri Rossi en una entrevista sobre La insumisa lo siguiente: “Hay muchísimo trabajo oculto, que no se ve, sobre decidir qué narro y qué no… porque un buen escritor tiene que ser riguroso con la finalidad de su libro y no distraerse ni ceder a tentaciones que perjudicarían el objetivo final. Ese trabajo no se hace en el ordenador, lo hace la mente. Y duele”. Allí está la gran lección sobre escribir: conciencia del oficio, intencionalidad, trabajo.
El Cervantes acierta de pleno con el galardón, y pone en órbita una de las voces fundamentales de nuestras letras, cuya obra alcanzará desde hoy a más lectores por todo el mundo. Ojalá la salud nos permita seguir disfrutando durante muchos años más del magisterio y de la obra de una de las mejores escritoras a las que podamos leer. Garantizados, el disfrute, la risa y la inteligencia. Y el magisterio, claro: a escribir se aprende leyendo a los mejores.