Desde la ciudad de Panamá, hasta Santa Marta, Colombia, hay un intercambio de cultura, historia y turismo, que es la punta de lanza para atraer visitantes.
Una conexión de dos ciudades con una vida cotidiana diferente, pero que se adaptan a los cambios de los tiempos actuales.
Desde los sectores aledaños al Canal de Panamá, pasando por el Casco Antiguo istmeño, parte una travesía que une a dos países que buscan desarrollar el turismo.
La alianza de los hoteles Marriott Bonvoy y la línea aérea Copa Airlines permite vivir nuevas experiencias en ciudades que tienen múltiples riquezas para disfrutar. Ahora, quienes acumulan millas de viaje, las pueden canjear por puntos de estadía de la cadena hotelera.
La ruta Panamá-Santa Marta es parte de esa vivencia. Seas local o visitante, el Casco Antiguo panameño es el reflejo que el turismo representa una puerta para mejorar la economía de un país. De una tradicional foto por los lugares históricos, las tiendas con variedad de mercancías, las discotecas y restaurantes, para todos los gustos, hacen memorable ese recorrido.
Pero si abordas un avión con destino directo hacia la ciudad colombiana de Santa Marta, después de casi una hora de viaje, tienes múltiples opciones de oferta turística.
Una de ellas es el turismo ecológico o de protección del ambiente, al cual están apostando diferentes destinos turísticos.
En las aguas que bordean el Parque Nacional Tayrona se impulsa la actividad del snorkel. Sí, sumergirse en el agua para estar de cerca de un mundo marino que día a día sigue sufriendo de la desatención del ser humano.
“En todos estos escenarios, tanto en charlas, en estas salidas [traslado en velero] siempre estamos tratando de divulgar las problemáticas y las soluciones que hay en los ecosistemas marinos”, afirmó Anthony Combate de la organización Blue Restore.
El implacable sol que ilumina la marina del Rodadero de Santa Marta, se combina con las claras aguas de un lugar especial.
A algo más de 4 metros de profundidad, al borde del parque Tayrona, llegó el momento de sumergirse, pero para eso hacía falta los lentes especiales y por supuesto unas chapaletas de gran tamaño.
Equipado y con los consejos de uno de los guías del tour empezó la misión de observar el mundo marino bajo el agua. Las estrellas de mar, los erizos y diferentes especies de peces forman parte del paisaje.
El grupo de seis visitantes debía vivir una experiencia: ayudar a retirar los desechos enterrados en la arena. Mientras algunos mostraban sus mejores habilidades para sumergirse, vi a Dory, sí, la de Buscando a Nemo. La carcajada fue inevitable: “Es un pez científico”, dijo Laura, una de las guías.
Cumplida la primera misión, tras un receso de cerca de una hora, regresamos a la costa para la labor de recoger desechos que las olas arrojan a la playa.
Con el astro rey en su punto más alto, se llenaron unos seis sacos con basura: botellas plásticas y de vidrio, chancletas, tapas, plásticos, almohadas, sillas de plásticos, zapatos y madera.
Cada día, al igual que en Santa Marta, en el mundo siguen las acciones para cuidar la fauna y flora marina, y crear conciencia sobre la adecuada disposición de los desechos.
“Es algo que se debe volver una costumbre en nuestras visitas a un sitio en donde queremos hacer una actividad turística. A eso es lo que llamamos turismo regenerativo, queremos generar un impacto neto positivo”, agregó Combatt, quien explicó que la organización trabaja en el proyecto de corales someros, el cual consiste en la restauración del hábitat del lugar, lo cual se desarrolla con las comunidades del sector.
“Impulsamos el turismo regenerativo de la mano de organizaciones aliadas como Blue Restorers, quienes cuentan con presencia en el hotel concienciando y educando a los visitantes sobre los ecosistemas y cuidados para preservar el medio ambiente. Además, nos brindan el apoyo con biólogos expertos y capacitados en turismo y biodiversidad para garantizar experiencias únicas en los parajes naturales de Santa Marta dejando un huella positiva mientras se realizan recorridos a playas del Parque Nacional Natural Tayrona con actividades acuáticas”, expresó Tomas Ford, gerente general de Marriot Blaya Dormida en Santa Marta.
En la ciudad caribeña
Las calles de la urbe de Santa Marta se caracterizan por el gran movimiento de personas, en moto, autos, transporte público y a pie.
Los edificios turísticos que bordean la costa caribeña de la ciudad pasan de la tranquilidad de una tarde soleada con el movimiento citadino a pocos kilómetros.
Los semáforos con temporizador que indican en cuántos segundos cambia la luz le dan un toque especial a la ciudad, que está bordeada por la imponente Sierra Nevada.
El centro histórico con la Catedral de Santa Marta, la plaza de Bolívar y las calles adoquinadas también forman parte de un trip nocturno, predominado por turistas. Restaurantes, discotecas, tiendas de toda clase y un local amplio con productos de artesanía le dan su toque especial al lugar.
El café
Colombia también es reconocido por ser uno de los países que produce café de primera calidad, para consumo local y la importación.
En la comunidad de Minca, a unos 20 minutos del centro de Santa Marta, hay una vida diferente en donde el paisaje también es propio para los turistas.
El sector de Pozo Azul, con unas cascadas que se oyen a la distancia, es el paso para llegar a La Victoria.
Este pintoresco lugar es una finca productora de café que utiliza una tecnología convencional. Energía hidráulica que se respalda en la gravedad.
En la tierra ubicada en la pendiente que bordea la Sierra Nevada se cultiva café. Después de la cosecha y recolección, el grano entra a un sistema impulsado por agua a través de tuberías, donde la gravedad lo transporta a las distintas máquinas que lo seleccionan para su proceso de empaque. Durante la selección, lavado y secado, el grano no es tocado por el hombre.
El proceso de tostar el producto sí requiere de una máquina de combustible.
Estas son algunas de las diversas actividades que se pueden realizar en esta ruta que inicia en tierras canaleras.
El atractivo histórico nunca pasa de moda en ciudades como Panamá y Santa Marta, en cuyas antiguas calles se puede saber de tradición, costumbres y modernidad. Desde el chocolate más artesanal del Casco Antiguo panameño al postre más solicitado en el Centro Histórico de Santa Marta.
Esa combinación también se refleja en los hoteles Marriott en Albrook, Panamá, y Marriott Playa Dormida en el Caribe samario. En sus instalaciones, ambos hoteles ofrecen al turista, además de una buena cocina, un poco de la tradición de cada país, desde el ferrocarril panameño y el Canal de Panamá, hasta diseños de los grupos originarios que decoran el lobby en la sede de Santa Marta.
En Marriott Playa Dormida, inspirado en los ecosistemas del Parque Nacional Natural Tayrona, los acabados de piedra, madera y el sonido del agua corriendo transportan al visitante desde los ríos hasta el mar.
Este turismo diferente se aprecia en la alianza entre Copa Airlines y Marriott, que, además de sus programas de responsabilidad social, también apuesta por el medio ambiente con planes para reducir los efectos del cambio climático. Ambas empresas informaron que unirán esfuerzos para ofrecer a sus clientes una experiencia de viaje aún más completa y conveniente.
“Esta alianza estratégica brinda beneficios exclusivos a los viajeros que elijan el programa de viajes Marriott Bonvoy y se hospeden en alguna de sus más de 30 marcas, además de viajar con Copa Airlines y utilizar su programa de viajero frecuente ConnectMiles”, resaltaron los anfitriones.
