El aprendizaje, aunque beneficioso, no siempre es fácil de procesar. Esto debido a factores como el exceso de información, o a cómo se maneja y se presenta dicha información, ocasionando en muchos casos desinterés por parte del destinatario.
A sabiendas de esto, y la necesidad que existe de educar a las personas, el Biomuseo de Panamá se ha caracterizado por utilizar el arte para comunicar y conectar con el público.
Muestra de ello es la reciente exposición temporal titulada ‘Los bosques del Darién’. Un espacio colorido, interactivo, bilingüe e informativo, que busca acercar a los asistentes con las maravillas ocultas de los bosques darienitas, de forma sencilla, dinámica y directa.
Esta exposición, localizada en una de las salas gratuitas del Biomuseo, y que se prevé esté disponible al público hasta noviembre de este año, presenta información valiosa sobre los tesoros de los bosques darienitas, datos curiosos, así como los peligros que este importante pulmón ecológico afronta.
Para darle forma a este espacio “fue crucial desde el inicio colaborar con la doctora Catherine Potvin de la Universidad de McGill y Smithsonian, que ha estado trabajando en los bosques del Darién y la comunidad Emberá. Con ella terminamos de darle forma a la exhibición”, explica el Coordinador de exhibiciones del Biomuseo, Darién Montañez. Además, miembros del Biomuseo visitaron distintas comunidades darienitas y pudieron aprender datos interesantes como que estos bosques tienen más alturas de lo que la ciencia occidental sabía hasta hace poco.
“Estas comunidades que han vivido allí por tanto tiempo, te dan una perspectiva diferente de lo que realmente son los bosques del Darién. Les enviamos los borradores a la comunidad, para que ellos vieran como se estaban tratando los temas, y poder hacer ajustes, de los cuales hubo grandes cambios y la añadidura de temas que no estaban siendo tratados”, explica Montañez.
Hablando preciso sobre la importancia del apoyo de las comunidades, el Jefe de guías del Biomuseo, Luis Miranda, agrega que “hay iniciativas asombrosas donde no solo están involucrados expertos que llegan de otros lados, sino que se entrena a la comunidad local para que pueda continuar el estudio luego que los expertos se hayan retirado”.

Miranda, destaca que “las comunidades no solo nos aportaron información para utilizar en la exposición, sino que también nos ayudaron a validar esa información”, como fue el caso de la señora Dora Elisa Valdespino, miembro de la comunidad Emberá.
Sumado a la parte científica y social, varios artistas gráficos también aportaron para enriquecer la experiencia del visitante. Como es el caso de Carola Gelabert, quien ganó el concurso para crear el mural que se puede apreciar dentro de la sala. Gelabert, confiesa que “como panameña no sabía mucho sobre los bosques del Darién y comencé una investigación medio a ciegas. Fue entonces, cuando me di cuenta de dos cosas superimportantes. La primera es que es una selva muy, por llamarla de alguna manera: “agresiva”. Es húmeda, densa y no apta para quien no la conoce, ya sea animales o personas. Y, por otro lado, es que en contraste de esta “agresividad” es un lugar sumamente rico en cuanto a biodiversidad. Ese contraste me pareció muy interesante, entonces la pieza representa a una especie de portal que te invita a que tengas cautela al adentrarte a la selva. Hay animales que te miran fijamente y una línea amarilla que representa a los ríos Tuir y Chucunaque, todos estos elementos te invitan a entrar a la selva”.
Y es que los motivos para conocer, celebrar, y proteger esta maravillosa área de biodiversidad son muchos. El Darién no solamente es la provincia, el llamado Darién biogeográfico abarca el tercio oriental de Panamá y abarca una porción de Colombia. En la porción panameña se estima que hay alrededor de 1.7 millones de hectáreas. Aunque, a contraparte, se calcula que cada año se pierden cuatro o incluso más hectáreas.
“El Darién biográfico forma parte del Biodiversity hotspot”, explica Luis Miranda. “Hay alrededor de 30 en el mundo y según lo que dicen los expertos, lo que le llegue a pasar a esos Biodiversity hotspot va a determinar el futuro de la biodiversidad global”, agrega.
Para los encargados del Biomuseo, uno de los tantos objetivos que buscan con esta, y cada una de las salas, es que “las personas se enamoren de las maravillas naturales y culturales de nuestro país, y que salgan del museo con ganas de irlas a ver en vivo”.

