El Día Mundial del Agua, una fecha emblemática establecida en 1992 durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo en Río de Janeiro, Brasil, resalta la importancia global del agua y su gestión sostenible.
Respaldado por líderes gubernamentales, oenegés y la sociedad civil, este día se creó para conmemorarse el 22 de marzo de cada año con el propósito de abordar el desafío de conciliar el desarrollo económico con la conservación del medio ambiente.
Según un informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), unos 2,200 millones de personas todavía carecen de agua potable gestionada de forma segura, incluidos 115 millones de personas que beben agua superficial.
Desde 2003, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) utiliza esta fecha para presentar el Informe de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos, una herramienta vital para la toma de decisiones informadas. A partir del 2014, este informe se publica anualmente debido al deterioro de la situación hídrica a nivel mundial.
Bajo el lema de este año, “Agua para la paz”, se destaca la importancia de la cooperación en la gestión del agua para promover la armonía, la prosperidad y la resiliencia ante los desafíos comunes. Esta cooperación es esencial, dado que el agua juega un papel crucial en múltiples sectores, desde el funcionamiento de infraestructuras importantes como el Canal de Panamá, hasta la generación de energía, la industria, la agricultura y, por supuesto, el consumo humano.
Además, el acceso al agua potable es fundamental para el bienestar y la salud de la población panameña. Por lo tanto, la cooperación internacional y la adopción de políticas sólidas son cruciales para garantizar la equidad y la sostenibilidad en el uso y la gestión del agua en Panamá y en todo el mundo.