El aplauso va por dentro es una historia que promete no solo hacer reír al público, sino que busca hacerlo reflexionar sobre la vida misma.
La obra se centra en la historia de Valeria (Gaby Gnazzo), una mujer divorciada que está en busca de un nuevo horizonte en su vida tras alejarse de su exmarido, con quien tiene dos hijos. Al cumplir los 50 años de edad, decide inscribirse en las clases de aeróbicos dictadas por su entrenador (Winnie Sittón), quien se encargará de convertirla en esa mujer que todos los hombres en su imaginario quisieran tener.
Esta obra teatral no solo redescubre el significado de la felicidad y el amor verdadero, sino que es una crítica ácida y mordaz hacia los cánones y los estereotipos de belleza en los que las mujeres son usualmente encasilladas.
La obra –cuya autoría es de la escritora, periodista y dramaturga venezolana de teatro y televisión Mónica Montañés, y que se presentará hasta el 18 de septiembre a las 8:00 pm en el Teatro Pacific– es producida por Reina Medaglia.
Medaglia comentó a La Prensa que la obra estaba prevista para ser estrenada justo antes de la llegada de la pandemia de la covid-19, pero el confinamiento obligatorio tiró abajo los planes originales. Después de muchos obstáculos, finalmente pudieron presentarla ante el público.
“No sabes la hermosura de obra que es; es una belleza. Además, te ríes mucho por lo cómica que es Valeria. Ella va contando la historia y te mueres de la risa, pero al final la obra tiene un mensaje muy profundo que tiene mucha verdad”, contó.
“Hasta el momento, la puesta en escena le ha fascinado al público (...) Ya no es raro encontrarte con un hombre divorciado o una mujer divorciada. El tema es bastante común, porque estamos hablando de que muchas mujeres dejan sus trabajos o dejan de cuidarse ellas mismas con el fin de mantener una familia y a sus hijos, lo que no les da tiempo de ir al gimnasio o de reunirse con sus amigas. Entonces, uno se olvida de cuidarse uno mismo. Es una historia común y por eso todos conectamos con Valeria, porque ella nos introduce a ese mundo que hemos atravesado todos”, explicó.
La complicidad y la empatía hacia el personaje de Valeria hacen que, de cierto modo, la obra sea interactiva y que el espectador sienta que es amigo de la protagonista, con quien están sosteniendo una conversación divertida.
La obra también aborda las normas que impone la sociedad respecto al sostenimiento de aquellos matrimonios que, a todas luces, van a venirse abajo.
“A veces, la gente te indica que te tienes que aguantar a ese marido que te es infiel o no te ama, pues para eso te casaste. Además, está la imposición de la belleza. Eso de que tenemos que estar delgadas e ir al gimnasio y fijarnos demasiado en la parte física y estética viene de una presión muy fuerte que tenemos, como si además de ser buenas mujeres, buenas madres o buenas esposas, tenemos que vernos ‘buenonas’, estar fit. Toda esta carga, producto de las presiones sociales, la lleva Valeria al escenario”, expresó Medaglia.
Al dejar a su marido, Valeria le quiere enseñar a sus hijos que emprendan la búsqueda de la felicidad y que dejando a su marido, con el que estuvo casada por muchos años, es una expresión del constante camino que se recorre por ser feliz.

