La Real Academia Española define el bienestar como el conjunto de condiciones necesarias para vivir bien, una vida cómoda y provista de todo lo que conduce a la tranquilidad y al disfrute.
La psicóloga Marelisa Zúñiga Noel explica que el bienestar radica en estar bien conectados con las diversas dimensiones de nuestra vida, ya que somos un todo integrado. Este bienestar es lo que nos permite responder a las demandas del mundo de la mejor manera posible. “Para mí, se trata de convertirte en tu mejor versión”, comenta.
Pero, ¿cómo se trabaja para alcanzar ese bienestar? A continuación, la psicóloga comparte tres puntos clave a tener en cuenta:
Evaluación personal: “Lo primero es hacer una pausa y preguntarte, en este momento, si tuvieras que evaluarte de 0 a 10, ¿cómo estás viviendo? ¿Qué tan despierto y conectado estás con ese sentido de realización, propósito, plenitud y felicidad? Muchas veces vivimos en piloto automático. Es fundamental evaluar en qué punto te encuentras del 0 al 10 y cuánto aspiras a mejorar para construir una vida más plena.”
Atención a los síntomas: “El segundo punto es prestar atención a los síntomas físicos. ¿Cómo está tu descanso? ¿Sufres de dolores de cabeza u otras molestias? Los síntomas físicos son señales que el cuerpo nos da, y a menudo los ignoramos o no les prestamos suficiente atención. Es crucial reconocer y atender estas señales.”
Conexiones humanas: “El tercer aspecto está relacionado con nuestras relaciones. Debemos preguntarnos qué tan dispuestos estamos a conocer y conectar genuinamente con las personas que nos rodean. Numerosas investigaciones indican que lo que realmente contribuye a una vida más larga y saludable no es solo la alimentación o el ejercicio, sino la calidad y profundidad de nuestras conexiones humanas. En resumen, cultivemos conexiones profundas y significativas, permitiéndonos hablar de aquello que a veces es incómodo, pero necesario.”

Finalmente, Zúñiga Noel, fundadora y directora del centro de salud integral Crisálida en Panamá, nos deja una reflexión: “Es importante tomarnos el tiempo para reflexionar y generar pequeñas transformaciones. No se trata de grandes cambios, sino de pequeños pasos que, con el tiempo, generan un impacto tangible. Este impacto se siente en tu cerebro, te sientes más contento. Es como un sistema, como las células que se van reproduciendo sin que te des cuenta, y de repente, ¡boom! ¡Magia!”


