El cine es más que entretenimiento, también es generador de oportunidades tanto económicas, culturales como sociales. Beneficios que se pueden explorar y explotar, tanto por el sector público como el privado. Sobre este tema se conversó durante el panel “El efecto multiplicador de la industria audiovisual”, en el marco del Festival Internacional de Cine de Panamá.
En el panel, organizado por la Fundación IFF Panamá y la Corporación La Prensa, participaron Giselle González Villarruel, Ministra de Cultura de Panamá, Pierre Vandoorne, Director de políticas públicas de Netflix Latinoamérica, Essie Mastellari, Directora de la Comisión Fílmica de Panamá y Alejandra Luzcardo, Líder en innovación y creatividad del Grupo BID, siendo moderado por Pituka Ortega Heilbron, presidente de la junta directiva de la Fundación IFF Panamá.
“Mucha gente no sabe cómo funciona la industria del cine y todo lo que abarca la producción cinematográfica en un país, en cuanto a efecto multiplicador”, comentó Essie Mastellari, Directora de la Comisión Fílmica de Panamá, la cual brindó datos como que de 2019 a la fecha, la inversión cinematográfica extranjera ha inyectado en el istmo unos 50 millones de dólares “a pesar de la pandemia”, lo que generó unos cinco mil empleos directos, sin contar con los empleos indirectos.
“El efecto multiplicador de la industria audiovisual es tema docente, turístico, cultural, de visibilidad, generación de empleo, creatividad, innovación, no solo es el productor, guionista, etc., sino todo lo que necesita la producción, como albañiles, la postproducción, etc.”, dijo Mastellari.
Sobre estos beneficios colaterales, Pierre Vandoorne, Director de políticas públicas de Netflix Latinoamérica, calculó que, por ejemplo, de esos 50 millones de dólares, se le pueden multiplicar entre 1.6 o 1.7 por dólar, debido al efecto multiplicador antes mencionado. Vandoorne recalcó la importancia de invertir en el sector cinematográfico en América Latina, ya que, por ejemplo, empresas de streaming como Netflix, realizan sus producciones latinoamericanas 100% a través de las empresas productoras locales de cada país. “Es decir, no hay un estudio de Netflix que produzca sino que, ya sea por encargo, se hace a través de empresas productoras locales de los distintos países. Por ende, la capacidad de producir y el éxito de esa producción depende de qué tan eficiente es el sistema de producción local”, comentó Vandoorne, recalcando que se debe considerar a la industria audiovisual como “estratégica”.
Una estrategia que abarca tanto al sector público como privado. De esto también habló Alejandra Luzcardo, Líder en innovación y creatividad del Grupo BID, quien mencionó el Sandbox Audiovisual, un proyecto junto a Netflix y el Ministerio de Cultura de Colombia, que tiene como objetivo capacitar a jóvenes de comunidades vulnerables, como regiones impactadas por el conflicto armado, comunidades afrodescendientes, indígenas, entre otros, en distintos oficios que componen la industria audiovisual. A los jóvenes se les dio prácticas online, se les brindó herramientas y se les llevó a la ciudad de Bogotá para capacitarse con las nuevas tecnologías, con alrededor de 100 profesores que fueron clave para desarrollar el programa y participaron en diversas formas. “Más de 24 productoras de Colombia se unieron para recibirlos, y es allí donde ves cómo el sector privado puede colaborar. Además, es el sector privado quien más se va a beneficiar de estos jóvenes porque van a trabajar en estas industrias a futuro”, comentó Luzcardo.
Por su parte, en Panamá, el sector cinematográfico tiene asignado por ley (mediante la Ley 16 del 2012), un presupuesto anual de 3 millones para todo lo que es el fomento de la industria cinematográfica nacional. Este fondo es administrado por un fideicomiso que se gestiona a través de la Dirección Nacional de Cine del Ministerio de Cultura. Con dicho fondo, anualmente se desarrolla el Concurso Nacional Fondo Cine que distribuye unos 2.2 millones de dólares a los ganadores del concurso y el resto de los fondos son utilizados para el desarrollo de formación y de fomento, para distribución, promoción de películas, fomento de cortometrajes, entre otros. El mismo Fondo Cine brinda apoyos económicos para el tema de promoción y distribución, comercialización como tal, para aquellas producciones independientes que no participaron en el concurso y que necesitan ese recurso para poder trabajar todo lo que es la promoción de su película.
Además, “este año iniciamos un programa que llamamos Cine Cultura en tu Comunidad, donde un pequeño grupo de Dicine se traslada por todo el país a presentar películas panameñas, para empezar a trabajar un poco en ese tema de promoción y formación de audiencia”, declaró Sheila González, Directora General de Cine del Ministerio de Cultura. González también es consciente de que aún faltan cosas por mejorar y lograr en cuanto a la industria audiovisual en Panamá. “Actualmente, uno de los grandes retos que tiene el cine es lograr que los panameños consuman el cine nacional, porque es una realidad que la afluencia de personas al cine para ver las películas nacionales es afectada por toda la competencia publicitaria de todas esas grandes producciones que realizan los grandes estudios. Así que es un reto para nosotros trabajar en esa área”. Mientras que Essie Mastellari cree que es necesaria la creación de una carrera cinematográfica que dé idoneidad a los graduados para fortalecer la industria del cine en el istmo.
