El papa Francisco canoniza hoy en una ceremonia en la plaza de San Pedro a 10 nuevos santos, entre ellos la primera de Uruguay, la religiosa ítalo-uruguaya Francisca Rubatto (1844-1904), que pasó parte de su vida en América del Sur.
Decenas de fieles, provenientes de diferentes países, estarán en la ceremonia, la primera en tres años, durante la cual recibirán también el honor de los altares el místico francés Charles de Foucauld (1858-1916), el periodista holandés Tito Brandsma, ejecutado en el campo de exterminio nazi de Dachau en 1942, y Lázaro, un mártir indio del siglo XVIII.
Se trata de una de las canonizaciones más numerosas de la historia.
“Si Uruguay es o no el país más laico (de la región) es algo que se puede constatar, pero tiene un corazón creyente. No tiene la práctica religiosa que tenemos en otros lugares, pero ante testimonios así, se siente tocado”, aseguró Vatican News el obispo uruguayo Carlos Collazzi, expresidente de la Conferencia Episcopal del Uruguay, quien asistirá a la ceremonia junto con una delegación de religiosos de su país.
Rubatto, nacida el 14 de febrero de 1844 en Carmañola, Italia, vivió y desarrolló su labor pastoral en Uruguay, donde falleció en 1904.
Monja de las Hermanas Capuchinas desde 1884, se dedicó a los enfermos, especialmente, a niños, jóvenes y ancianos abandonados.
En 1892, con cuatro monjas de la congregación, partió hacia América Latina para realizar su apostolado en Uruguay, Argentina y Brasil, donde fundó las Hermanas Capuchinas de la Madre Rubatto.
Proclamada beata por el papa Juan Pablo II en 1993, le fue reconocido por la Iglesia en 2020 haber intercedido en un segundo milagro, lo que le permite llegar a ser santa. El milagro fue la curación inexplicable de un joven de Uruguay que en 2000 sufrió un accidente de moto que le provocó un trauma craneal y que lo dejó en estado de coma.
La vida del ermitaño francés Charles de Foucauld, asesinado en 1916 en el desierto de Argelia, es considerada un ejemplo para todos los católicos, según el mismo papa Francisco, quien elogió su “capacidad para sentirse hermano de todos”.
“Educado en la fe cristiana, joven agnóstico, oficial de caballería consumido por sus pasiones, explorador, después de haber encontrado el Dios de la Misericordia, fue trapense y finalmente ermitaño entregado a todo en el desierto del Sáhara. La personalidad y el itinerario de este testigo del Evangelio son ricos y no exentos de asperezas”, resume en un artículo Vatican News.
Proclamado “beato” en 2005 por Benedicto XVI, será canonizado tras haber interferido, según el Vaticano, en un segundo milagro: la recuperación de una grave caída de un joven carpintero.
Entre los diez nuevos santos también figuran los franceses César de Bus (1544-1607), fundador de la congregación de los Padres de la Doctrina Cristiana, quien trabajó por el renacimiento del cristianismo en una época convulsa por los comienzos de la Reforma protestante, y la hermana Marie Rivier (1768-1838), una maestra, fundadora de la congregación de la Presentación de María.


