El obligado encierro por la pandemia le brindó el espacio propicio al escritor Enrique Jaramillo Levi para seguir contando historias. En ese tiempo creó una producción literaria en la que dio rienda suelta a su creatividad y de ahí salieron cuentos, minicuentos, poemas y ensayos, además de varias antologías relacionadas con el cuento en Panamá.
El autor aseguró a La Prensa que varias editoriales pequeñas de Guatemala, Costa Rica y Colombia se interesaron en sus más recientes publicaciones. Como cuentos y minicuentos están Hueso duro de roer, Vuelta de tuerca: 100 cuentos, Disparates y anomalías y Epifanías circulares.
Los dos últimos fueron presentados en el transcurso de la décimo octava de Feria Internacional del Libro —17 al 21 de agosto— por las escritoras Danae Brugiati Boussounis y Nicolle Alzamora Candanedo, respectivamente.
Hace algunos meses, Jaramillo Levi hizo una presentación en la Biblioteca Nacional de otros libros de cuentos publicados por él recientemente en Panamá, como Lo efímero perdurable, Top Secret (Cuentos de Ovnis); y de ensayos, como Modus Operandi: Escribir sobre escribir además de una antología sobre el cuento erótico panameño y otra de mujeres cuentistas del siglo XXI.
“O sea que ha sido como una locura, una creatividad salida de madre... Como nunca antes. Alguien me dijo que es un Récord Guiness, quién sabe, no ha sido mi intención.Y lo que me llevó a tal efervescencia creativa como mecanismo de compensación fue su opuesto: raptos de ansiedad, intensa depresión, obligado encierro...”, confió.
En su opinión, el hecho de que la cuarentena supusiera un oasis literario para nuevos escritores supuso “de una forma similar a lo que me pasó a mí: suplir una cosa con otra; a falta de movilidad del cuerpo por el encierro, hiperactividad de la mente, imaginación desbordada, y por supuesto: mucha disciplina”, afirmó.
“A los 17 años ya supe que mi destino era ser escritor; sobre todo en tres géneros: cuento, poesía y ensayo. También escribí artículos de opinión, preparando antologías de cuento y poesía nacional y mexicana —viví en México 12 años: 1971-1983; y luego tres más: 1993-1995)— y al mismo tiempo convirtiéndome en editor de libros de autores panameños, sobre todo los nuevos de gran talento. También he sido toda mi vida profesor de literatura, ahora jubilado, en tres países: Panamá, México y los Estados Unidos, así como promotor cultural, sobre todo en la Universidad Tecnológica de Panamá durante 25 años consecutivos (1996-2021). Sigo contando historias porque sigo vivo, a Dios gracias. Las otras actividades casi simultáneas que he mencionado también son formas de contar historias, haciéndolas”, relató.
A Jaramillo Levi le enorgullece haber publicado como editor el primer poemario de Salvador Medina Barahona, Porfirio Salazar, Héctor Collado, y el primer libro de cuentos de Ariel Barría Alvarado (q.e.p.d.), Melanie Taylor, Félix Armando Quirós Tejeira, Yolanda Hackshaw, Danae Bruguiati Boussounis, Pedro Crenes Castro, Gilza Córdoba, Nicolle Alzamora Candanedo, Zary Alleyne, entre otros. Además, fue editor de tres libros de Rogelio Sinán, quien a su vez fue el editor de su primer libro de cuentos, en 1965: Catalepsia.
Mientras que en México publicó un poemario de Diana Morán, Reflexiones junto a tu piel, así como también publicó una antología de poesía panameña Contemporánea de autores vivos en esa época; y una Antología crítica de joven narrativa panameña, con cuentos de autores de su generación: Pedro Rivera, Moravia Ochoa, Dimas Lidio Pittí, Bertalicia Peralta; Aristeides Turpana, Griselda López, Enrique Chuez; Roberto Mckay; y él mismo; estos libros se publicaron en lo que fue en 1982 su primera editorial en México, Signos.
Para Jaramillo Levi un buen escritor debería tener “buenas lecturas desde joven; sensibilidad extrema; agudo poder de observación; mucha imaginación; disciplina; saber que debe pulir sus textos muchísimo antes de publicarlos; capacidad de renovarse; disposición para asumir retos y para salirse por la tangente cuando haga falta”.


