El viaje de la bandera mártir

El viaje de la bandera mártir
El proyecto de restauración de la bandera del 9 de enero tuvo un costo 68,852.55 dólares. Archivo


En una de las salas del Museo del Canal Interoceánico de Panamá reposa la ahora llamada Bandera del 9 de enero. Descansa sobre una cama negra, en total solemnidad. Estirada sobre su lecho, luce agotada, no solo por el paso del tiempo, sino por su largo trayecto hasta su actual morada. Ha cruzado fronteras, atravesado océanos, se ha enfrentado a las inclemencias del tiempo y la dejadez del hombre. Es testigo y prueba de la lucha del pueblo panameño. Es el motivo indirecto de que el istmo sea, como se conoce hoy.

Sobre su origen o edad exacta poco se sabe. Por algunos rasgos se asume que fue creada en los años 40 y posiblemente confeccionada por monjas. Por ser tipo presidencial, posiblemente pasó un tiempo en la Presidencia de la República para después ser dada como obsequio al Instituto Nacional de Panamá. Hasta que un 9 de enero de 1964, junto a un grupo de aguiluchos, como se les conoce a los estudiantes de dicho centro de estudios, salieron a las calles en busca de soberanía.

Los estudiantes panameños la llevaron en romería a la Zona del Canal con intención de izarla en la Escuela Superior de Balboa; tal como se había previsto un año antes en el tratado Chiari – Kennedy, el cual reconoció soberanía titular de Panamá en la franja canalera, pero, dicho acuerdo había sido ignorado por los norteamericanos.

La patria mancillada

En su camino se encontraron con oficiales, estudiantes y demás norteamericanos que se interpusieron en su plan. En medio del canto del himno nacional de Panamá, por un lado, y abucheos por el otro, entre forcejeos y agresiones, la bandera fue rasgada. La patria había sido mancillada.

El viaje de la bandera mártir
Este 9 de enero de 2024 Panamá conmemora las seis décadas de uno de los hitos de la historia patria, iniciado con el fallido intento de izar la bandera panameña en territorio de la antigua Zona del Canal.

Pronto, la historia de lo ocurrido recorrió el istmo. Las manifestaciones se alzaron tanto en la ciudad capital como en la provincia de Colón, y las marchas, represiones y violencia, que duraron hasta el 12 de enero de ese mismo año, dejaron como resultado 21 muertos (mártires) panameños, alrededor de 550 heridos, y el rompimiento de relaciones entre Panamá y Estados Unidos, casi como una analogía a lo sucedido con la bandera.

“La bandera rasgada fue presentada al entonces Presidente de la República de Panamá, Roberto Chiari (1905 - 1981) y permaneció en resguardo de la familia Chiari por algunos años, hasta que regresó al Instituto Nacional”, explica el agente de visitantes al Museo del Canal Interoceánico de Panamá, Temy Núñez. “Luego, fue solicitada en varias ocasiones al Instituto, es probable que para juntas cívicas y romerías, entre otros eventos, hasta que pasó un tiempo (dentro de una caja de cartón) en una Junta Comunal”, explica Núñez.

La bandera estuvo presente durante los actos del 31 de diciembre de 1999, cuando Panamá asumió el control total sobre la operación y administración del Canal, así como de las áreas aledañas. Esto en cumplimiento de los tratados Torrijos - Carter suscritos en 1977, mismos que se dieron orillados por los actos del año 64.

Luego de esto, regresó a descansar al Instituto Nacional, expuesta en una vitrina de madera y vidrio, sellada con silicona o goma caliente, donde debido al desconocimiento de su correcto cuidado, la bandera iba deteriorándose.

Nueva vida

No fue hasta el 2013 cuando el Gobierno Nacional, junto con el Museo del Canal Interoceánico de Panamá, deciden restaurar la bandera. Ese día, según recuerda la documentalista del museo, Daily Valdés, sin organización previa los estudiantes hicieron una calle de honor para despedir a la bandera. En medio de aplausos y el canto del himno nacional, los aguiluchos le rindieron honor a uno de los suyos.

El viaje de la bandera mártir
El proceso de restauración fue delicado. Archivo

“La bandera estaba en estado de conservación grave, así que viajó a Madrid, España para su restauración en el Museo de América de Madrid y al Taller Estudio de Restauración de Mercedes Amézaga”, recuerda Valdés.

A su regreso, unos cinco o seis meses después, lo hizo estirada y sin rasgadura. Ambos requerimientos necesarios para su mejor conservación. Fue escoltada en caja cerrada de manera protocolar desde el Aeropuerto Internacional de Tocumen al Centro de Capacitación Ascanio Arosemena de la Autoridad del Canal de Panamá, para que durante un mes, las personas pudieran visitarla de manera gratuita, antes de pasar al museo de manera permanente.

“La urna en la que se encuentra está diseñada exclusivamente para ella. Con medidores de temperatura y humedad”, dice la Gerente de colecciones del museo, Miriam Robles, agregando que además cuenta con equipos especiales para evitar que crezcan hongos, haya presencia de ácaros o reacción a la temperatura. “Necesita tener temperatura constante y humedad constante, estas variantes pueden hacer que los agentes de deterioro se desactiven”.

Hoy, la bandera está bajo la protección de docenas de trabajadores del museo, y millones de panameños. Preservada para que las futuras generaciones puedan verla y recordar que el amor por la patria se tiñe tricolor.


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