El relato de La Migrante mezcla la ciencia ficción con un tema de suma actualidad: la experiencia por la que pasan miles de personas que se encuentran en busca de un futuro mejor fuera de sus países de origen.
Como muchas otras obras, La Migrante, primera novela de Laisy Montenegro, surgió en medio de la pandemia de la covid-19 que, contradictoriamente con la espeluznante realidad de muerte y dolor, también brindó un oasis a una nueva generación de escritores que buscan contar sus historias.
La trama transcurre en el año 2050 y se centra en Lilac, una mujer dedicada a la extracción y venta de órganos de sus nacionales, pero quien se niega a ser parte de esa realidad y decide huir de su país natal, Terrazola.
Lilac –quién padece síndrome de Alejandría–, huye de Terrazola y emprende un viaje. Como a todo migrante, la acompañan la incertidumbre respecto a su futuro y el miedo de si algún día podrá volver a abrazar a sus seres queridos.
Como base para crear la trama que luego se materializaría en La Migrante, Montenegro se apoyó en sus experiencias como abogada especializada en migración y en anécdotas que escuchó durante un viaje a Cuba.
Otras de sus fuentes de inspiración son las series y películas del género de ciencia ficción, en el que Montenegro se siente cómoda, ya que, según explicó, le brinda la facilidad de introducir elementos como el amor y el terror, que a su juicio hacen la historia más interesante y le producen al lector esa sensación de nunca querer soltar el libro.
En este caso, La Migrante es una mezcla de ciencia ficción con un toque de distopía.
Para Montenegro, es por demás satisfactorio el furor que desató su libro, al punto en que propició la creación de una base de fanáticos alrededor de Lilac.
“La base de fanáticos me dio mucha validación y le dio sentido a mi trabajo, porque la obra que dejé escrita la hice para sacarla del pecho y quería compartirla con cuatro personas y mi familia y, de repente, descubrir que hay gente que ame mi trabajo y mi personaje, y que cambie su vida a partir de leer mi libro, es algo que me cortó inmediatamente el síndrome del impostor. Mi trabajo vale para las personas y vale la pena luchar por llevarlo donde pueda ayudar a más gente”, expresó.
Además de ser un libro que mezcla la fantasía y la ciencia ficción, La Migrante intenta ser una obra de denuncia social acerca de las causas que llevan a las personas a migrar.
“Todos podemos llegar hasta ese punto. El hecho de que te mutilen las oportunidades de satisfacer las necesidades básicas y de tener garantizados los derechos humanos. En algún punto, hemos sido mutilados de eso y no nos damos cuenta, porque estamos acostumbrados a vivir en una realidad en la que constantemente no hay acceso a salud y a educación de calidad para personas de bajos recursos”, comentó.
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