En Panamá, 718,000 personas o poco más del 35% de la población en el rango de edad de 30 a 79 años, padecen hipertensión y de ellos siete de cada 10 no logran mantener su presión arterial en los niveles adecuados.
Se trata de una proporción ligeramente más baja que el promedio mundial, que es de 33% o mil 300 millones de personas, de las cuales alrededor de ocho de cada 10 no reciben el tratamiento requerido contra esta condición cardiovascular que aumenta significativamente el riesgo de muerte o de sufrir otras enfermedades.
Estos datos se desprenden del primer informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el impacto global de esta afección, presentado en la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) que sesionó el 18 y 19 de septiembre pasado en Nueva York, Estados Unidos.
El documento fue elaborado por la OMS como parte de la estrategia para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), establecidos en 2015, relacionados con la prevención y el control de enfermedades no transmisibles.
En Panamá, según datos de 2019 utilizados en el estudio de la OMS, aproximadamente el 33% de las personas entre 30 y 79 años con hipertensión no han sido diagnosticadas. Esta falta de diagnóstico afecta especialmente a los hombres, con un 41% sin diagnóstico, en comparación con el 24% de las mujeres. Es decir, que desconocen que padecen esta condición, lo que aumenta significativamente su riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, cerebrales y renales, entre otras.
Además, el informe revela que una proporción relativamente baja de personas hipertensas (29%) consigue mantener su presión arterial bajo control. Solo el 36% de las mujeres y el 21% de los hombres tienen sus cifras de presión arterial en niveles adecuados.
Para lograr que el 50% de los pacientes en Panamá tengan un control adecuado, se requeriría, según la OMS, un tratamiento eficaz para aproximadamente 154,000 personas más con hipertensión.

El documento titulado La carrera contra un asesino silencioso hace alusión al hecho de que las personas no son conscientes de que padecen hipertensión y dependen de que los gobiernos, los políticos y los sistemas de salud puedan diagnosticarlas.
“Los programas de control de la hipertensión siguen desatendidos, sin priorización y con una financiación muy insuficiente”, afirmó el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
La hipertensión (una presión arterial de 140/90 mmHg o superior) es una afección que se ha duplicado en prevalencia a nivel mundial entre 1990 y 2019, pasando de 650 millones a 1,300 millones de personas afectadas, aunque solo la mitad de ellas está diagnosticada.
Para abordar este problema de salud pública, la OMS y las autoridades de salud de Panamá destacan la importancia de introducir cambios en el estilo de vida, como una dieta más saludable, dejar de fumar y aumentar la actividad física, junto con la necesidad de un diagnóstico temprano y un tratamiento eficaz.
[Puede leer el informe completo aquí]