500 años de la fundación de Natá de los Caballeros. Este 20 de mayo. Con terminación en ceros, un hito de nuestra historia. No puedo olvidar al mayor panameñólogo no panameño, la Sevillana Carmen Mena García.
Le pregunto por qué tiene décadas de seguir estudiando Panamá desde su cátedra española. “Para entender América hay que entender primero Panamá”, dispara.
Nuestro municipio de Natá, hoy con poco más de 6 mil pobladores, es la quinta ciudad en pie en el continente, después de otras dos panameñas, Nombre de Dios (1510) y ciudad de Panamá (1519), la venezolana Cumaná (1515) y la mexicana Veracruz (1519).
El alcalde Tomás Arrocha es natariego, está consciente de su responsabilidad y del honor de estar al frente de la comuna en esta efeméride. Es natariego de nacimiento y toda su vida la ha desarrollado en Natá, y se ha movido entre la educación y la política.
Sus estudios iniciales en la Escuela España, de la que después fue subdirector, y los secundarios en el Mariano Prado. Antes de ser electo alcalde, había cumplido dos periodos en el puesto de representante del corregimiento de Natá cabecera.
Tres años después de fundar la ciudad de Panamá, en la nariz del futuro acceso sur del Canal de Panamá, Pedro Arias de Ávila, segoviano, estableció Natá de los Caballeros, para que fuera granero de sus dominios, con el ojo puesto en América Central. Pedrarias gozaba de la confianza del Rey, que le había autorizado trasladar el asentamiento fundado por su rival Balboa, Santa María la Antigua del Darién, cuyos vestigios hoy están en el Caribe colombiano, a 50 kilómetros de la frontera entre las dos naciones.
La bautizó Natá por el cacique Nato, que había dominado la región. Y el complemento de los Caballeros se le adicionó tras la llegada de 100 caballeros españoles que fueron enviados por órdenes directas de Carlos V, Rey de España. Escogidos entre familias distinguidas de España, traían la misión de mantener el dominio sobre los indígenas, conservar la cultura hispana y propagar la fe católica.
Pedrarias le otorgó el título de Alcaldía Mayor a ese asentamiento cuyos linderos se encontraban entre el hoy municipio de Chame y la hoy comunidad de Divisa, en el límite de las provincias de Coclé y Veraguas.
La región fue escenario de batallas entre indígenas, muchas de ellas lideradas por Urracá, acaecidas antes, durante y después de la fundación de Natá.
De las huellas de aquella época, se preserva una muestra del trazado de calles, así como dos joyas de la arquitectura religiosa, la Basílica Santiago Apóstol y la Capilla San Juan de Dios, construida a finales del siglo XVII y hoy convertida en museo.
La Basílica es una de las primeras fundadas por los colonizadores en el litoral Pacífico americano y la única que aún se mantiene en pie.
El Sitio Arqueológico de El Caño, que expone un retazo de cultura prehispánica, es un atractivo de Panamá, ubicado en la Natá de los 500 años, situada entre los ríos Chico y Grande, y entre las pujantes ciudades de Aguadulce y Penonomé.
