En House of the Dragon las mujeres tienen un papel protagónico, aunque no precisamente por encontrarse en la cúspide de la pirámide.
En su segundo episodio, titulado El príncipe canalla, se deja ver que en este juego controlado por hombres, ellas llevan las de perder. Y es que el episodio trató precisamente sobre cómo de una u otra forma el destino de ellas está encarrilado por la voluntad de ellos.
La primera en mostrarnos esa realidad es Rhaenyra Targaryen, quien a pesar de ser la heredera del Trono de hierro, aún es tratada como alguien inferior —seis meses después de ser anunciada como heredera, sigue siendo la copera del Consejo real—, alguien por cuya naturaleza —ser mujer— no entiende el mundo real, y los artes de la diplomacia, estrategia o guerra, le son ajenos.
Durante el episodio, Rhaenyra Targaryen intenta demostrar que los demás se equivocan, con algunos resultados positivos y otros de dudoso actuar. El primer intento fue atreverse a desafiar a su propia familia (padre y tío) para solucionar un conflicto interno. Si bien logra conseguirlo, como dice ella, “sin derramar sangre”, también es cierto que al ser la única heredera del reino, poner su vida en peligro no fue precisamente la mejor demostración de estrategia.
En esta parte de la historia es en la que, quizás, la serie demuestra una vez más que está alejada de Game of Thrones (2011 - 2019), ya que al ser Rhaenyra uno de los personajes principales de la serie, su aparente momento de peligro no se sintió como tal. Y que sí, que la escena sirvió para demostrar su creciente coraje. Pero, ¿quién no disfrutaba de estar con el constante miedo a que uno de sus personajes favoritos fuera a morir?
Entonces, ya no estamos ante una historia cuyas fichas están en peligro real y podían morir en cualquier momento. Esto, en parte, porque han preferido enfocarse en un grupo más reducido de nombres y no ser tan coral como la pasada Juego de Tronos, un movimiento que aún falta tiempo para saber si les resultará o no.
La segunda ocasión en que Rhaenyra debe demostrar madurez y que entiende perfectamente cómo se maneja el mundo es cuando acepta que su padre debe buscar una nueva esposa y, de paso, asegurarse tener más descendientes para garantizar la sucesión de la familia en el poder.
Acá es cuando la princesa Rhaenys Targaryen muestra una vez más la realidad de las mujeres en Westeros, al hablar con Rhaenyra y decirle que: “Los hombres preferirían ver el reino arder antes que ver a una mujer ascender al Trono de hierro”. Y es que ella misma ha sido víctima de este machismo, al negársele ser reina y preferir coronar a un hombre. O cuando debe aceptar entregar a su hija Laena Velaryon, de 12 años, a un posible matrimonio.
Y llegando al punto de Laena, su participación fue otra muestra de que, aparentemente, las mujeres solo tienen dos funciones en el reino: casarse para unir familias y tener hijos. Esto sin contar que su escena caminando junto a su posible futuro esposo (unos 40 años mayor que ella) fue chocante, inclusive para el público de la serie que siempre espera ver muerte y sangre.
Otra que sin lugar a dudas contribuyó a reflejar los niveles de opresión que viven las mujeres fue Mysaria, la amante de Daemon Targaryen. Su historia de esclavitud y explotación, sumada a los reales motivos por los cuales está junto con el llamado Príncipe canalla, la convierten en un personaje con el que es fácil empatizar.
Para finalizar la lista, no podía faltar Alicent Hightower. La joven de 15 años que, bajo la sumisión a su padre y contra su voluntad, está siendo utilizada como ficha estratégica. Lo anterior la aleja de ser la villana que muchos pensaban que sería.
Este segundo episodio de House of the Dragon comienza a darle más forma a las batallas por venir. Los personajes se notaron más humanos, tridimensionales y dispuestos a incursionar en el peligroso juego de poder de la política, ya que, para muchos, ese juego significa la seguridad de quienes aman.
Además, deja claro que busca alejarse de los clásicos héroes masculinos. No hay un Jon Snow que busque proteger a los desfavorecidos y luchar contra el Night King, o un Robb Stark que quiera vengar a su padre y liberar a su pueblo de la tiranía del rey en King’s Landing. Al contrario, es la historia de mujeres que buscan la igualdad y levantar la voz, teniendo que luchar, muchas veces contra ellas mismas para conseguirlo, y seguro perderán más que la vida en el camino.