Es cada vez más notable la confusión de géneros literarios que se viene practicando en un amplísimo sector de nuestros escribientes. Esta confusión, pasa por no atenerse el aspirante a escritor a las reglas básicas de (en este caso) la novela y el cuento, y terminan por presentarse cuentos que parecen no terminar o novelas que adolecen de el correcto desarrollo que necesitan, y siempre sufre, obviamente, la historia que se quiere contar. Y si a la confusión de géneros le sumamos el abuso de los subgéneros, estamos ante una muy alarmante pandemia literaria.
He leído con atención los cuentos de Catarsis, primer libro del autor panameño Bryan Townshend B, que nos ofrece una interesante propuesta literaria, que aborda un tema que copa muchas mesas de trabajo de autores noveles: las historias de terror. En el caso de este joven autor, las historias están vinculadas al terror satánico, apocalíptico, con dosis bien medidas de violencia extrema, en el que una mirada muy original y culta propone enfrentarnos a ciertas posibilidades “teóricas” sobre qué es el mal y cómo nos afecta, exponiéndonos a una atmósfera de crueldad muy bien lograda.
El autor sienta, en la primera historia, las bases del funcionamiento de un nuevo orden mundial (que no es otra cosa que la combinación arbitraria y creativa de lecturas sobre demonología medieval y clásica entre otras), y que servirá a las demás historias como punto de ocurrencia, como lugar en el que buscar la lógica de lo que suceda en cada una de ellas ya que, a pesar de ser independientes, terminan de alguna u otra manera apelando a esta primera puesta en marcha para darles coherencia.
El autor tiene bastante claro los límites del cuento, maneja bien los tiempos, lo cual se agradece como lector. Uno de los aciertos de estas historias es la gran originalidad de temas que maneja, atreviéndose a indagar en lugares muy oscuros del alma humana.
Muy recomendables son Un amor más allá de la vida (de una tremenda potencia), el inquietante Mamá, ¿dónde estás?, y Enfermo. Historias bastante bien resueltas, con personajes muy logrados, y que dejan a la vista una capacidad narrativa que mejorará con el tiempo y con lecturas. Se nota que hay buenos mimbres para futuras obras.
No ha de olvidarse que un subgénero (cuento de terror, cuento fantástico, novela policial, novela romántica) no se convierte en tal por la sola mención de demonios, muertos, asesinos, sexo, o cosas semejantes. El terror, por ejemplo, tiene sus resortes, al igual que el erotismo o el humor. Se está abusando tan descaradamente de etiquetas de subgéneros que lo que se está construyendo es un monumento de proporciones espantosas, compuesto por cuentos y novelas que se esconden tras las muchas muertes, vampiros y sangre para no dar cuenta de lo único que se espera de un escritor: buenas historias. No es cuestión de género, ya lo decía Cortázar entre otros: se trata de contar bien cualquier tema. El nuevo “terror panameño”, salvo contadas excepciones, da miedo más por su abuso que por su uso.
Los subgéneros viven un momento de apogeo en nuestro medio (noir, terror, romántica, fantástica, erótica, histórica), y se están haciendo muy interesantes esfuerzos por incentivarlos, pero quizás haga falta volver a la idea primera de género (cuento, novela poesía, teatro) para que, una vez se conozcan los límites de los mismos, puedan ser rotos para llevar a los autores hacia nuevos descubrimientos narrativos, y no ser tenidos como excusa; géneros ya practicados en nuestras letras por Javier Riba, Osvaldo Reyes, Tristán Solarte, Bertalicia Peralta, Rosa María Britton o Rogelio Sinán entre otros muchos escritores muy conocidos y apreciados.
Esta primera obra de Bryan Townshend B, Catarsis, es un buen primer libro y seguramente llamará su atención por el descaro creativo, la mirada nada complaciente sobre la realidad y el buen manejo de lecturas que sobre el tema hace el autor, que advierte que estas historias no son aptas para cualquier público y requieren cierto criterio formado. Son historias que, seguro les darán para más de una buena conversación, y ponen de manifiesto que un escritor con mucho potencial llega para darles de qué hablar en esta próxima Feria del Libro de Panamá.
El autor es escritor