Los bandos son el gran eje central de la serie House of the Dragon (HotD), que si verdes o negros, Aegon II o Aedmon, Rhaenyra o Alicent, Ser Criston Cole o absolutamente nadie. Ahora, dos nuevos bandos parecen haber surgido: los que opinan que la segunda temporada es, por decirlo menos, aburrida, y los que creen que sigue siendo todo lo que HotD debe ser.
El bando de los negativos
Falta de acción, poco movimiento de los personajes, Daemon demasiado tiempo en Harrenhal, guerras que nunca llegan, demasiados diálogos, falta de mejor desarrollo de los personajes, son algunos de los puntos que señalan parte del fandom para decir que la segunda temporada no está siendo lo que esperaban. Y tampoco hay que recriminarles mucho, tuvieron que esperar dos años para su estreno y posiblemente para la tercera temporada haya que esperar otros dos años.
El bando de los positivos
Por otro lado, están los que han disfrutado cada episodio de la nueva temporada, aludiendo precisamente lo contrario a lo que el bando anterior menciona. Para esta parte de la audiencia el desarrollo de personajes está siendo mejor llevado, ya que se toma su tiempo para dicho propósito. Para ellos la serie no necesita tener una batalla cada 15 minutos o sangre en pantalla cada cinco, para ser emocionante. En los diálogos, en la política, también hay entretenimiento. Disfrutan de los logros de los personajes y de las derrotas de los otros fuera de un campo de batalla. Aunque coinciden en que Daemon ya debe salir de Harrenhal.

Los que estamos en el medio
House of the Dragon no es Game of Thrones (GoT). Esa fue la primera gran realidad que tuve que aceptar cuando el show empezó. Debo admitir que fue algo que hizo que demorara en sentir apego por la serie. A pesar de que la vi desde el primer episodio, había algo en ella que todavía no me terminaba de convencer. Y con esta segunda entrega entendí que era la velocidad con la que se contaba la historia.
GoT es una serie coral, llena de personajes, que tras la muerte de Ned Stark, se difuminó esa línea entre personajes principales y secundarios, lo que hacía que cualquiera pudiese estar en peligro, y esa constante zozobra era regocijante para el espectador. Preciso, la considerable cantidad de personajes, hacía que cada aparición en escena de uno de ellos tuviera como propósito moverlo y junto a él la historia. Los diálogos eran precisos, en muchas ocasiones poéticos y sobre todo con dobles intenciones.
Ahora, HotD, es lo contrario. Cuenta con menos personajes, por lo que los principales (Si a esta altura no sabemos que Rhaenyra es la principal y no correrá peligro hasta el final de la serie, no sé qué hemos estado viendo) y los diálogos no siempre están destinados a mover las fichas, sino a conocerlas a mayor profundidad.
Y es que si bien, GoT hablaba sobre los tipos de gobernantes: el tirano (Joffrey Baratheon), el estratega (Tywin Lannister), la amada (Margaery Tyrell), la revolucionaria (Daenerys Targaryen) o el que olvida su deber (Robb Stark) y sobre lo que el poder hacía en las personas, como quemar viva a tu propia hija. HotD habla sobre las consecuencias de una guerra. Sobre lo que se pierde y jamás se recuperará. Sobre la importancia de la paz y sobre cómo los hombres creen conocer el horror de una guerra, pero, las palabras poco se acercan a la realidad.
Mientras, por ejemplo, algunos critican la visita secreta de Rhaenyra a Alicent, en lo personal lo vi como la última esperanza de la reina negra para detener la batalla. Ella ya había perdido a un hijo, no quería perder al otro y al resto de su familia, como es consciente que sucederá si el enfrentamiento entre dragones se llega a dar.

Esta ha sido una temporada donde los personajes comienzan a entender el verdadero alcance de sus acciones. Donde se dan cuenta de que no pueden remediar y sanar lo que han hecho o que lo que ellos creían que era la forma correcta de ver el mundo, no es más que una ilusión que se les desmorona enfrente (y de paso, ellos quedan bajo los escombros).
Eso le da mucha profundidad a lo que está en juego. Cada episodio se siente el escuchar del tic tac de una bomba que puede ser detenida antes que estalle, pero el ego evita que cualquiera toque el botón para detenerla. Prefieren morir, antes que admitir que están equivocados. Prefieren que miles mueran, con tal de vengar a unos cuantos. La serie se siente más apegada a la realidad actual.
Pero, aunque soy del equipo al que sí le gusta la temporada, también soy consciente de sus debilidades y la principal es quizás la poca empatía que alcanzan los personajes secundarios con la audiencia. A diferencia de GoT donde hasta la muerte de Mycah el hijo del carnicero causa dolor, a pesar de que solo aparece pocos segundos en pantalla, en HotD la muerte de muchos personajes no causa esa aflicción. Aunque seguramente con el pasar de los episodios, con algo de suerte, eso vaya cambiando.
Otro punto débil son los diálogos. Al pertenecer al mismo universo es imposible no comparar los diálogos de HotD con los de GoT, aunque esta última tenía a su favor 5 libros de respaldo. A pesar que las temporadas posteriores a la quinta dejaron de tener a los libros de respaldo, también tienen diálogos memorables como: “Dile a Cersei, quiero que sepa que fui yo” (Olenna Tyrell) o “Que sepan a quién culpar cuando el cielo les caiga encima” (Daenerys Targaryen).
Quizás, la duración de cada episodio tampoco les ha jugado a favor y les vendría bien condensar un poco la historia para lograr que el movimiento de las fichas se sienta más dinámico. Porque si en algo coincidimos todos es que Daemon debe salir de Harrenhal o los que quedaremos locos seremos nosotros.
Al final, House of the Dragon es independiente a Game of Thrones, y como serie ha demostrado ser apto de contar su propia historia a su manera, a su ritmo, con su propio estilo narrativo capaz de sorprender a niveles épicos. En su producción se nota que los dos años de realización no han sido en vano. Los actores han abrazado aún más a sus personajes y La Batalla de Reposo del Grajo (2x4) ya se encuentra entre los mejores episodios del universo televisivo de Game of Thrones.
Y siendo francos en esta temporada, la gran salvadora ha sido Vhagar, porque cada vez que sale en pantalla, sabemos que algo descomunal, y posiblemente malo (para cualquiera de los dos bandos) va a suceder.
