El director de cine Baz Luhrmann lo volvió a hacer. Tras deslumbrar al público con producciones como Moulin Rouge (2001) y El Gran Gatsby (2013), el estreno de Elvis –que desembarcará hoy jueves en los cines– supone un gran salto en su carrera dentro del cine.
En este nuevo film, Luhrmann cuenta la historia de Elvis Presley y para ello lleva a los espectadores a través de una máquina del tiempo, en la que explora la difícil infancia del cantante, que transcurrió en el estado de Mississippi y estuvo marcada por el arresto de su padre a causa de un cheque sin fondos, así como su adolescencia en Tennessee, en la que forjó su talento musical.
La música de artistas afroamericanos como B.B. King y Rufus Thomas jugó un papel importante en la vida artística de Elvis, ya que le gustaba el ritmo y las historias que se contaban en las canciones de blues y soul, por entonces una vía de expresión para la población afrodescendiente en Estados Unidos, que sufría de la discriminación promulgada por políticos segregacionistas.
Los mismos políticos que consideraban que su música y baile incitaban a comportamientos inmorales, especialmente por esos movimientos particulares de caderas y piernas que enloquecía a sus fanáticas. Al final, las críticas obligaron al artista a modificar su estilo rompedor hacia uno un poco más conservador, en el que no eran permitidos los bailes con meneos de caderas y en el que las letras eran menos sugestivas.
Un cambio que estuvo obligado a hacer no solo por el furor moralista que se desató con un boicot a su música, sino por orden de su representante, el coronel Tom Parker, quien decidió sucumbir a la presión política y evitar seguir perdiendo dinero a causa de la cancelación de conciertos en los estados gobernados por políticos segregacionistas.
Luhrmann también explora cómo Parker –utilizando sus dotes de manipulador– logra que Presley y su familia hagan cosas que él quiere para su beneficio personal, al punto de explotar hasta más no poder la figura del cantante, llevándolo a sucumbir en una espiral de desesperanza que lo hace sentir incomprendido y lo empuja hacia un túnel de adicción que finalmente desemboca en el deterioro de su salud y su posterior muerte.
La adicción a las pastillas de Elvis también llevó al rompimiento de su matrimonio con Priscilla y al distanciamiento progresivo de los contactos con su hija, Lisa Marie, a quien consideraba especial, hasta el punto de bautizar con su nombre su avión privado.
Presley no solo se ganó su lugar como uno de los personajes más influyentes de la cultura popular estadounidense gracias a su contribución con el rock and roll, con éxitos que quedaron para la posteridad, como Jailhouse Rock y Burning Love, sino que también logró su sueño de conquistar el cine en Hollywood con películas como Love Me Tender (1956) y Blue Hawaii (1961).
Consciente de su influencia como figura pública, Elvis expresó su rechazo a sucesos ocurridos en medio de las tensiones políticas de la década de los años 1960, entre ellos, el asesinato el 4 de abril de 1968 del pastor bautista Martin Luther King Jr. –conocido ampliamente por su lucha contra la discriminación racial en los Estados Unidos–, así como el crimen el 6 de junio de 1968 del entonces candidato presidencial demócrata Robert F. Kennedy, hermano del presidente John Fitzgerald Kennedy, ultimado unos cinco años antes, el 22 de noviembre de 1963.
Para Luhrmann, la vida de Elvis era sin duda promisoria, pero se truncó a los 42 años de edad.
¿Quién sabe si con una necesaria recuperación y rodeado de la gente correcta El Rey le hubiese regalado a la humanidad un poco más de su talento artístico?
Otros datos sobre ‘Elvis’
El sitio web que reúne a la crítica especializada de cine Rotten Tomatoes le otorga 78% de aprobación, mientras que, por otro lado, el filme recaudó hasta el momento más de $91 millones en la taquilla estadounidense. De acuerdo con la base de datos en internet relacionada con el cine IMDB, actores como Ansel Elgort y Miles Teller audicionaron para el rol de Elvis, que finalmente interpretó Austin Butler.


