La serranía de Majé y la cruz de Vasco Núñez en Chimán

La serranía de Majé y la cruz de Vasco Núñez en Chimán
La cruz de Vasco Nuñez en Chimán. Cortesía.


El 29 de septiembre de 1513 Vasco Núñez de Balboa tras cruzar el Istmo toma posesión de la mar del sur en nombre del rey de España. Según la gente de Chimán, pueblo del Golfo de Panamá, fue aquí donde ocurrió este dramático episodio

A 90 kilómetros al este de ciudad de Panamá se inicia la serranía de Majé, que corre paralela a la costa por 100 kilómetros hasta Darién. Sus cimas sirven de divisoria de aguas entre los ríos que fluyen al norte hacia el Bayano, y los que corren al sur, al pacífico. Al mediar el siglo XX estas selvas eran científicamente desconocidas.

Era difícil obtener información sobre ella. Los mejores mapas, los del ejército norteamericano, eran casi inservibles. En 1950 el velo científico comenzó a despejarse cuando la explora Alexander Wetmore, ornitólogo a quien sus amigos panameños llamaban Alejandro o don Alejandro.

Pertenece la vertiente sur de la serranía al distrito de Chimán y la del norte, a Chepo. Entre la serranía de Majé y la cordillera de San Blas, fluye el Bayano, por siglos territorio de los Kunas y límite efectivo del control del gobierno central, ya fuese el de Bogotá, en el siglo XIX, o el de Panamá, en el XX. Violentas fueron las guerras del caucho en Darién y Bayano.

El distrito de Chimán, tiene 1977 km2 y su población, según el censo nacional de 1950, era de 1,018 habitantes, uno por kilometro cuadrado. Su gente se concentraba en caseríos costeros como Chimán, Brujas y Gonzalo Vásquez. Chimán era el poblado mayor y centro económico y político del distrito.

Viajar a Chimán, desde Panamá o Darién, era largo y azaroso. Navegar en balandras a vela- era lento y peligroso por los erráticos vientos y las tormentas del golfo de Panamá. Esporádicamente, balandras o gasolineras iban y venían con productos de la tierra y pasajeros hacia la capital, trayendo mercancías para satisfacer las pocas necesidades de los chimaneros: ropa, telas, machetes, hachas, fósforos, querosín y medicamentos de patente.

La serranía de Majé y la cruz de Vasco Núñez en Chimán
A 90 kilómetros al este de ciudad de Panamá se inicia la serranía de Majé, que corre paralela a la costa por 100 kilómetros hasta Darién. Sus cimas sirven de divisoria de aguas entre los ríos que fluyen al norte hacia el Bayano, y los que corren al sur, al pacífico.

Como los darienitas los chimaneros gente negra o mulata. Según el censo nacional de 1940, el último en usar el término de raza, sus habitantes estaban distribuidos así: blancos, 13; negros, 489; mestizos, 446, incluyendo a los mulatos. Había “otras razas” 46 individuos, divididos entre 44 indígenas y 2 de “raza amarilla”, es decir, los chinos. En 1970 conocería a Sandalio Ortiz cacique de los waunán de Chimán.

El 7 de febrero de 1950 un DC3 de la fuerza aérea deja en la base de Albrook a Wetmore y su asistente Watson Perrygo. Tras revisar la estación biológica en la isla de Barro Colorado viajan en un Jeep a Ocú, donde los paleontólogos C. L. Gazin y Theodore White, a pedido del Dr. Alejandro Méndez Pereira, excavaban los huesos fosilizados de extrañas y gigantescas creaturas entre ellas, unos perezosos gigantes. Esta noticia se propagó como fuego veranero en un potrero seco.

Con datos valiosos que les aporta el coronel Frank Pettit, jefe del Servicio Geodésico, Wetmore descarta dos de las tres rutas posibles para explorar esta serranía que había observado en sus vuelos a Jaqué. Desecha la del norte subiendo, con permiso de los kunas, el Bayano hasta sus cabeceras, para subir la serranía y doblarla al sur y salir al Pacifico por Chimán. También abandona la idea de viajar en balandra desde la Palma en Darién. Pettit le aporta datos sobre la ubicación de los picos y sus ríos. Los nombres de hombres confiables, y los senderos selváticos usados para extraer el caucho y la cacería.

Wetmore lleva consigo a Ratibor Hartmann, joven asistente del Gorgas quien trabajaba en los estudios de la fiebre amarilla.

Parten hacia Chimán el 13 de febrero, víspera de carnavales, en una lancha rápida de la Fuerza Aérea.

Cálida acogida les dio la gente. Doña María Romero de Jiménez les alquila la mejor casa de pueblo. Cómoda, fresca, construida sobre pilotes, con balcones y vista al golfo de Panamá. Cercana al puerto, la vieja iglesia colonial y a la cruz que la gente le decía a Wetmore, que por allí había bajado Vasco Núñez a la playa para reclamar la Mar del Sur para su rey, Carlos I.

Como baquianos Wetmore contrata a Francisco Ayala, José Manuel Ortega y a Rosendo. A canalete y palanca suben el Chimán cruzando sus vastos manglares con miles de loros que al amanecer volaban hacia la serranía regresando al atardecer. Tras alcanzar el rio Corotú siguen a pie rumbo norte hasta quebrada Cauchero donde montan el campamento.

A don Alejandro le pareció que las aves de esta serranía no tenían fin. Obtuvo más de 1000 especímenes. Regresaría en 1951 para volver a explorarla. Pero súbito la Policía Nacional da un golpe y derroca al presidente Arnulfo Arias Madrid. Dramático evento que me tocó presenciar desde la Casa de la Marina siendo un niño recién llegado de Chiriquí para asistir a primaria en el Colegio Javier.


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