Imagínense haber crecido conociendo el chocolate en su forma original. Disfrutar de la pasta de cacao que, en una taza con agua caliente y al revolverla, se tiene un verdadero ritual: una bebida de cacao con un elevado aporte de energía.
Aquí, tenemos la cara sonriente que te presento con la historia de Meivis Ortiz, oriunda de Bocas del Toro, provincia donde se cultiva el 95% de la producción de cacao en el país, gracias al trabajo de 2 mil 70 pequeños productores que se dedican a esta actividad en unas 60 comunidades.
Ortiz es especialista en producción y post-cosecha de cacao, estudió agrosilvicultura tropical en Costa Rica. Hoy día es una reconocida especialista en el cultivo del cacao, que en el año 2015 fundó su propia fábrica de chocolate, “Mayamei Cacao”... Maya, por el nombre de su hija, y Mei, por el suyo propio.
Nuestros mundos de enlazaron cuando, buscando perfiles merecedores de reconocimiento para los premios que dirijo y que celebran lo mejor de la industria gastronómica nacional, El Buen Tenedor, muchos conocedores del cacao me habían referido el nombre de Meivis Ortiz para contar la historia del cacao panameño. Sin embargo, lograr que nos abriera las puertas de su finca de producción en Bocas del Toro no fue una tarea muy fácil. Aquí el otro lado del cacao panameño.
Tras varias semanas de comunicación, se pudo concretar la visita, y arrancamos el viaje vía terrestre de largas horas a la región de Almirante, vía a Ojo de Agua, en la provincia bocatoreña, a fin de documentar el día a día en la finca, la trayectoria, plantación y proceso que conlleva “Mayamei Cacao”.
Llegábamos al sitio donde ella nació, la que fue la casa de sus padres. Como se mencionó en el inicio del artículo, Meivis nunca conoció el cacao como una golosina, sino como una gran fuente de energía porque tomaba el cacao líquido (sin azúcares, sin nada); era una bebida de cacao como la disfrutaban nuestros pueblos originarios de Mesoamérica.
HABLA ORTIZ
“El cacao panameño es especial porque realmente es una mezcla de sabores”, es parte de lo que nos cuenta Ortiz al recibirnos −con mucha alegría− para el recorrido efectuado en su plantación de cacao 100% orgánica.
“Aquí en Panamá lo que tenemos es una variedad de mucho cacao, que se produce con mucha diversidad de árboles”, añade.
Eso hace que este producto sea tan apreciable, con los aromas y sabores de la zona. “Se podría decir que es una condición de sitio que tenemos que explorar cada vez más”, resalta la productora de cacao, quien también es asesora de organizaciones no gubernamentales internacionales y empresas de chocolate sobre el cultivo de esta planta.
Durante esta experiencia gastronómica aprovechamos de igual forma para documentar a otros productores de cacao y las actividades de la cooperativa Silico Creek en esta región del país. ¡Era necesario registrar el día a día en esta zona donde reina el cacao para luego poder transmitir lo que ocurre al resto de Panamá y al mundo entero!
LA SEGUNDA MISIÓN
Definitivamente que la visita fue muy enriquecedora; contemplar aquellos bosques llenos de humedad, de calor y vida ha sido una vivencia inigualable.
Ahora empezaba la siguiente misión que era lograr que Ortiz hiciera parte de la ceremonia de los premios El Buen Tenedor 2022, que se celebraron en el Museo del Canal de Panamá, en Casco Antiguo. Queríamos que ella estuviera presente pues, a manera de sorpresa, recibiría un reconocimiento.
Allá donde ella vive hay muchas interrupciones con la comunicación, por lo que había mucha zozobra sobre su participación en la actividad. En estos momentos dudaba todavía de su venida.
Finalmente se logró que Ortiz acudiera a esta cita y frente a los representantes de la industria gastronómica panameña, cocineros, periodistas e invitados especiales, se le entregó el reconocimiento por su aporte de más de 20 años a la producción de cacao orgánico en la provincia de Bocas del Toro.
Ortiz, con mucha alegría, recibió este premio que −dijo− resalta al gran esfuerzo de miles de productores que por décadas hacen de este cultivo una forma de vida. Luego, y al oído, me da la otra cara del cacao y que parafraseo a continuación: si hubiera sabido que eras de verdad, te hubiera compartido mucho más de lo que hago…. Estoy acostumbrada a que me toquen la puerta para ofrecerme cosas que nunca llegan o que me inviten a eventos del gobierno donde solo nos tienen para ganar gracia.
Y es así que termino escribiendo esta historia que enriqueció mi vida por un lado y que por otro, inevitablemente me llena de rabia. Ese sentimiento que se repite una y otra vez cada vez que comparto tiempo de calidad con un productor nacional.
Los productores nacionales nos permiten reconectar con el origen de nuestros ingredientes, como pasa con una taza de cacao al 100% sin azúcar, para disfrutarla al iniciar el día, a la mitad de la jornada, o antes de dormir. ¡Salud por nuestros productos nacionales!
