Compartimos con patriotas interesantes. En todo ámbito. Y también con no poco zombi, distraído, y adormilado, incluso con anteojera propia o prestada. Ese es el Panamá de hoy, en el que sobresale el J-22, el julio intenso e intensivo, que nos recuerda aquellos episodios estelares de finales de los años 80.
De J-22 se derivan lecciones y oportunidades de calibre, y de las que zombis, distraídos y adormilados deben calibrar bien, con una evaluación enfocada y pragmática de los acontecimientos. Sobre esa evaluación, converso con el comisionado retirado y exministro de Seguridad Alexis Betancourt.
Más tarde o temprano –preferible temprano–, de todo conflicto se desprende una negociación. “El diálogo prima”, recalca. Pienso que nosotros, como nación diversa, plural, multicultural, dispar, tenemos experiencias efectivas de diálogos, como los foros Bambito y Coronado, que contribuyeron a diseñar rutas del presente periodo democrático, como la seguridad pública y la administración de la empresa estatal canalera. Gente olvida que esa empresa es estatal. Ensa también es oficial en Colombia y uno de los monopolios privados que nos distribuye la energía eléctrica.
En estos días requerimos crear una transición para establecer nuevos pasos políticos y económicos. Nos sucedió, recuerda el comisionado, cuando nos separamos hace 120 años de Colombia para que emergiera la presente república, también con el traspaso estadounidense a Panamá del Canal, y hoy puede encaminarse la nación hacia la formación de mejores ciudadanos que se integrarán a esos cambios. Cambió el rostro del país también la desactivación de las bases militares estadounidenses en el territorio nacional, en una transición de 21 años, desde 1979.
El proceso está y estará lleno de escollos, con oportunistas cuyos intereses dificultarán desmontar la corrupción y fueros. “Dirán que no se pueda cambiar nada”, apuntilla Betancourt. Y determinados cambios deberán establecerse dentro de nuevos marcos constitucionales, por ser desarrollados y aprobados.
Hay quien responsabiliza de la crisis a la mano peluda, negra o de otro color, al oportunista, al actor económico o político, y se olvida que alguien lo llena cuando hay vacío de liderazgo.
Panamá no debe seguir dependiendo de una sola vía de transporte de Occidente a Oriente, la Panamericana. Debe, además, crear vías de circunvalaciones. Vías a lo largo de las orillas del Caribe y del Pacífico (costaneras). Resucitar y debatir la idea del ferrocarril Paso Canoas-Pacora, del que se habló durante la administración Varela.
Ante dificultades en el movimiento terrestre en la Panamericana, es posible habilitar de inmediato puentes marítimos por ambos litorales y un puente aéreo interior/capital. Mercancías de urgencias del IDAAN y la CSS quedaron varadas en los cierres. Funcionarios distraídos, zombis, adormecidos. Para variar.
En cierres anteriores, hasta combustible se ha importado desde Costa Rica.
Panamá requiere conseguir más recursos, y las inversiones extranjeras son una vía necesaria, pero no la única. Debemos exportar nuestras habilidades. Ejemplo: en la construcción de rascacielos. Esa construcción no es común y la nación puede exportarla, propone el comisionado. Es una tecnología y habilidad que puede beneficiar a otras naciones.
El J-22 significó que la sociedad sobrepasó el límite de tolerancia, fue la acumulación de muchas disfunciones existentes, agravadas por el aumento de precios del combustible y la alimentos de primera necesidad.


