Limbo es la película debut cinematográfica del director escocés Ben Sharrock y una de las películas que serán proyectadas durante el Festival Internacional de Cine de Panamá en el 2024.
Se trata de una comedia dramática de humor negro que narra la historia de cuatro migrantes del Oriente Medio y África que son llevados a una remota isla en Escocia mientras esperan la tramitación de su solicitud de refugio.
El protagonista, Omar, es un joven sirio que se encuentra en la incertidumbre de los trámites migratorios en un país desconocido y lejos de su familia.
Limbo se centra en la experiencia del migrante. A pesar de narrar una historia con elementos culturales relevantes para los migrantes del Medio Oriente, las temáticas y emociones que surgen de esta visión introspectiva son aplicables a todos los migrantes en el mundo, incluidos aquellos que atraviesan el Darién y llegan a territorio panameño en su travesía hacia el norte.
Desde el punto de vista visual, la película simula el estilo cinematográfico de las películas de Wes Anderson, pero emplea colores más tenues.
Se utilizan tomas estáticas con frecuencia, tanto en planos amplios como en primeros planos, lo que nos brinda una sensación de estar fuera de lugar, similar a la del protagonista, casi observando lo que sucede desde fuera.

La película logra transmitirnos, a través de sólidas actuaciones y personajes muy reales, las emociones y experiencias de los migrantes. Genera una omnipresente sensación de nostalgia y frustración, con un protagonista que, al encontrarse indefinidamente varado en una isla escasamente poblada, enfrenta la pérdida de su cultura y un profundo anhelo por las experiencias y relaciones que ha dejado atrás.
Limbo encapsula la difícil decisión de migrar, tomada por personas dispuestas a sacrificarlo todo a cambio de oportunidades y un futuro mejor.
En uno de sus diálogos más íntimos y personales, brinda una profundidad impresionante a la experiencia del migrante, contrastando el migrante que elige dejar su país en busca de una vida mejor, con aquellos que se movilizan en busca de un sueño con esperanzas. Asimismo, se nos presentan migrantes que se ven obligados a abandonar su hogar debido a su identidad y al temor de ser perseguidos.
A través de Omar, el protagonista, observamos de cerca los desafíos que enfrentan los migrantes en todo el mundo. Se explora el profundo impacto en la salud mental de los migrantes, quienes padecen los efectos de la depresión debido a la soledad y la pérdida de su cultura. También se refleja el miedo y la desconfianza que experimentan hacia las instituciones de los países receptores, así como la frustración de estar atrapados en una maraña burocrática, agravada por las dudas que surgen respecto a la decisión tomada. Finalmente, se pone de manifiesto el riesgo muy real que corren los migrantes de perder la vida durante su travesía.
Limbo es una película poderosa e importante para nuestros tiempos. A nivel global, hay aproximadamente 281 millones de personas migrantes que se desplazan virtualmente por todos los rincones del mundo. En el caso de Panamá, como país de tránsito migratorio, en el año 2023 más de medio millón de personas arriesgaron sus vidas al atravesar el Darién. Esta película recopila de forma magistral muchos de los desafíos emocionales y personales que enfrentan estos migrantes a través de una historia y personajes graciosos, conmovedores y, sobre todo, muy humanos.


