Longlegs: Nicholas Cage en su era de Hannibal Lecter

Longlegs: Nicholas Cage en su era de Hannibal Lecter
“Longlegs” es una película que reúne a un talentoso con un actor que encaja perfectamente en el rol de un asesino serial. Tomado de Internet.


Inquietante, perturbadora y siniestra, Longlegs de Osgood Perkins es una de las películas de terror más esperadas del año. En los dos meses que lleva en cines alrededor del mundo, se ha convertido en la película independiente más exitosa del año. Se trata de una historia procedimental que sigue a una policía asignada a un caso de un siniestro asesino serial cuyos crímenes están repletos de elementos esotéricos y ocultos.

Con un ambiente tenebroso, inquietante y aterrador, el punto fuerte de Longlegs recae en la facilidad con la que genera una sensación de angustia y peligro en la audiencia. Acompañado de una banda sonora sublime, el entorno se siente desolado, y los personajes parecen estar en constante peligro de lo que podría aparecer en la próxima toma. Osgood Perkins mantiene a la audiencia enganchada, vigilando cada rincón de la pantalla en espera de un susto.

Perkins demuestra gran destreza en su uso de la cámara. Con claras inspiraciones en los thrillers de David Fincher, particularmente Se7en, Longlegs utiliza tomas estáticas de manera sumamente efectiva, logrando crear ansiedad y miedo en los entornos rurales de Oregón de los años 90. El director constantemente nos brinda composiciones complejas, con una inquietante simetría y un lenguaje visual extrañamente hipnótico. También recurre frecuentemente al uso de cuadrados en sus tomas, lo que refuerza la sensación de inquietud al yuxtaponer la simetría y el orden con la violencia, además de marcar dónde la audiencia debe depositar su atención.

El espacio vacío que se deja en el trasfondo de las tomas en momentos clave es brillante, ya que crea expectativa en la audiencia y nos mantiene vigilantes ante cualquier sombra o movimiento que pueda entrar en escena. Cabe destacar también el uso de una relación de aspecto cuadrada en momentos puntuales de la película, que contribuye tanto a la sensación de estar atrapado, como a la temática visual recurrente de Perkins con el uso de cuadrados en las tomas.

Narrativamente, Longlegs mantiene una estructura claramente dividida en tres actos. Como muchas otras películas de terror de este tipo, los dos primeros actos brillan considerablemente más que el tercero, que en comparación se siente esporádico y con una resolución apresurada. La película se distingue de otros procedimentales policíacos al integrar elementos sobrenaturales, que no son demasiados ni abruman a la audiencia, pero son fundamentales para que la historia funcione, y en algunos momentos con gran efectividad.

La actuación de Maika Monroe como la protagonista es efectiva y adecuada. La historia de su personaje, que vamos descubriendo poco a poco, encaja temáticamente dentro de la narrativa y su ambiente. Sin embargo, es Nicholas Cage quien, en el papel del antagonista, da cohesión a la película.

Nicholas Cage ofrece una actuación tenebrosa y extravagante. Su personaje es verdaderamente estremecedor, y las idiosincrasias de Cage juegan totalmente a su favor, logrando que las escenas en las que aparece demanden toda la atención de la audiencia. Si bien es difícil comparar a cualquier personaje ficticio con Hannibal Lecter, uno de los grandes antagonistas en la historia del cine, la comparación es en sí un halago del más alto nivel y demuestra que este excéntrico actor nos brinda uno de los papeles más memorables de esta etapa de su ilustre carrera.

Longlegs es una película que reúne a un director capaz y talentoso con un actor que encaja perfectamente en el rol de un asesino serial. A pesar de sus limitaciones narrativas, la efectividad de su ambiente logra transportar a la audiencia durante una hora y 40 minutos de terror genuino y honesto.


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