Los enfados de Carlos III, primer problema de imagen para el nuevo rey

Los enfados de Carlos III, primer problema de imagen para el nuevo rey
El rey Carlos III llega en automóvil al Palacio de Buckingham en Londres el 9 de septiembre. EFE/EPA


La presión a la que está sometido el rey Carlos III, que en la misma semana ha perdido a su madre y ha ascendido al trono tras décadas de espera, ha comenzado a pasarle factura en algunos actos públicos, en los que se ha mostrado irritado por pequeños detalles del protocolo.

Las redes sociales arden con un vídeo en el que el monarca, de 73 años, pierde la paciencia cuando está firmando el libro de visitas del castillo de Hillsborough, sede oficial del Gobierno de Irlanda del Norte. “Por Dios, odio esta pluma”, espeta Carlos III, tras mancharse la mano de tinta.

El monarca se levanta de la mesa y, visiblemente airado, continúa expresando su frustración: “¡No puedo soportar esta maldita cosa! (...) ¡Lo hacen cada puñetera vez!”, se queja mientras se limpia con un pañuelo.

El enfado de Carlos III había empezado unos segundos antes, cuando se da cuenta de que ha firmado con una fecha equivocada. Exasperado, el monarca abandona la sala sin esperar a Camila, reina consorte, que todavía debe estampar su rúbrica en el documento.

LA PERSONALIDAD DEL REY BAJO LA LUPA

Este no es el primer contratiempo que sufre Carlos III con objetos de papelería en los primeros seis días de su reinado. En la ceremonia en la que se le proclamó oficialmente soberano, bajo la atenta mirada de varios ex primeros ministros británicos y la cúpula del Estado, el primogénito de Isabel II perdió el temple con un tintero mal colocado.

Su impaciente gesto para que un ayudante desplazara con presteza el objeto que le impedía firmar con comodidad dio también la vuelta al mundo y disparó las primeras especulaciones sobre la personalidad del nuevo rey.

También está siendo sometida al escrutinio de los medios británicos su decisión de prescindir del centenar de empleados que trabajaban en su residencia oficial como heredero, Clarence House, una vez convertido en rey, algunos de los cuales serán recolocados en otros puestos.


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