El sistema digestivo no siempre es lo que comemos, sino también lo que pensamos. O llevándolo a términos más técnicos, existe una relación bidireccional entre cerebro e intestinos, de manera física y bioquímica, que hace que el padecimiento de uno genere síntomas en el otro.
Por ejemplo, el estrés, la ansiedad, la depresión, pueden desencadenar o agravar problemas digestivos como el síndrome de intestino irritable (más común en mujeres) o estreñimiento. Mientras que los desequilibrios en la microbiota intestinal llegan a influir en trastornos como la depresión o la ansiedad.
Para la gastroenteróloga en la Caja del Seguro Social, Fátima López, estos padecimientos están relacionados con la calidad de vida de la persona. “Muchas veces el paciente viene con algún malestar intestinal, pero tiene todos los exámenes normales, y aun así te dicen que se sigue sintiendo igual o peor, entonces claro que sí tiene que ver mucho o está muy relacionado con el ambiente”.
De igual forma, la especialista aclara que no se requieren grandes acumulaciones de, por ejemplo, de estrés, para desencadenar un episodio gastrointestinal, aunque factores como trabajo, estilo de vida, las actividades que desarrolla la persona, se pueden ir acumulando, es “multifactorial”.
Algo importante que resalta es que, si bien se pueden dar este tipo de síntomas, eso “no quiere decir que una persona va a tener un episodio de dolor abdominal, de diarrea o constipación, porque tiene depresión o ansiedad. Pueden estar relacionados, pero no es un gatillante”.
Aclara, además, que no es un diagnóstico sencillo al cual llegar. Primero, el especialista al que acuda el paciente debe descartar causas orgánicas y realizar exámenes generales. De llegar el caso, se puede llegar a realizar una colonoscopia o un ultrasonido abdominal, “y si está todo normal, y el paciente sigue con síntomas, yo digo, pues vamos a hacer un conjunto y llamamos al psicólogo, al psiquiatra y hacemos un manejo multidisciplinario”, explica López, agregando que “es un diagnóstico que a veces es difícil de tratar y de diagnosticar porque a veces lo hacemos de descarte, de descarte de cosas malas”.
Es importante mencionar que, una vez que tanto el paciente como el doctor encuentran causas mentales a los padecimientos gastrointestinales y se comienza con un tratamiento fármaco, el paciente debe tomar los medicamentos a pesar de los síntomas que pueda estar presentando (vómitos, diarrea, etc.). O, de igual forma, si ya venía con un tratamiento farmacéutico previo para padecimientos como depresión o manía, igual no puede suspender los medicamentos sin autorización médica. López le recuerda a los pacientes que, cuando vayan a consulta, decirle a su médico todos los medicamentos que están tomando para una mejor atención.
Como consejo para mantener una buena relación entre mente y estómago, López sugiere “tener horarios de meditación y bajarle a la carga laboral. Si usted se siente estresado, intente tener un reposo para tomar un tiempo, un break o un micro break. Esto es algo que deberíamos hacer todos en el trabajo. Y practicar ejercicios o deportes”.
Cuidado del estómago
La gastroenteróloga, Fátima López, da algunas recomendaciones generales para el cuidado del sistema digestivo:
—Tener por lo menos tres comidas fuertes. No todos somos candidatos a los ayunos intermitentes.
—Evitar, sobre todo, las comidas picantes, o las comidas con grasa.
—Tomar café con moderación.
