Miguel Ángel Candanedo, maestro, pensador, orador, luchador social, administrador educativo. Educador, en primer lugar. “Me gustaría quedarme con la de académico”, pondera su alumna Ela Urriola, filósofa, escritora laureada y artista plástica. Miguel Ángel elevó la palabra, los ideales y el pensamiento -reflexiona-, “alcanzando niveles de belleza y, no pocas veces, de acción, para esculpir la conciencia de los ciudadanos”.
La faceta académica y la lucha por una sociedad justa en el quehacer miguelino las exalta Rafael Siu, sacerdote que oficia la misa de despedida de nuestro pariente en la capitalina Iglesia del Carmen. Siu se declara beneficiario por cuatro décadas del magisterio y amistad del profesor, ex decano de Humanidades y ex secretario general de la UP. Egresado de la Universidad de Panamá y la Universidad Complutense de Madrid.
Marcó la vida de estudiantes a través de los cursos de Filosofía y/o Historia de educación media y universitaria, tanto de pregrado, posgrado y doctorado.
“Seguirá viviendo a través de sus alumnos”, pondera María Isabel Domínguez, contadora.
Lo atestigua Lisette Carrasco, periodista y graduanda de Filosofía: “Mi gran maestro ha partido y ha renacido bajo el Sol Invictus”, en referencia al culto religioso del Imperio Romano. Ante la noche más larga, la del 25 de diciembre -fecha del fallecimiento del Maestro-, el Sol Invencible empieza a renacer. El Sol vence a la oscuridad, que significa la muerte. Itzel Mecott, abogada, recuerda su responsabilidad en las presentaciones y el sombrero que vestía.
Sus lecciones y amistad por años marcaron la vida de Mario Omar González, profesor y comunicador. “Nos enseñó a pensar”, informa José María Castillo, abogado y quien lo tuvo como profesor en el Colegio Remón Cantera, mientras se debatía sobre los tratados del Canal, a mitad del decenio de los setenta. “Usaba como base de pensamiento la dialéctica hegeliana y nos decía lo que podríamos hacer con un desarrollo adecuado con esas tierras (por revertir)”.
Fernando Candanedo compartía con Miguel Ángel el abuelo paterno: José Agustín Candanedo Guerra, de la comunidad davideña de Bijagual. Su hijo José Agustín migró a Boquete, donde nacieron Miguel Ángel y sus hermanos, cuenta Fernando.
Los Candanedo proceden de un solo tronco: dos hermanos de León, España, que se radicaron en la Alanje de mediados del siglo XVIII. Al ampliarse la familia, sus miembros migraron a municipios chiricanos, en especial David, Dolega, Boquete y Gualaca.
“Aunque no tuve una relación cercana con Miguel, sabía bien de dónde venía esa característica intelectual, inteligencia y el amor por la patria y la humanidad. Las facetas que nos distinguen”, confiesa Rolando Candanedo, abogado. “Me sentía orgulloso de responder a las frecuentes preguntas: “Sí, es mi pariente, un primo”, sostiene.
Edilia Camargo Villarreal, filósofa y maratonista, fue su profesora. En el aula, se mostraba “concentrado tal vez en este camino de compromiso con lo político y un pensamiento filosófico panameño... no tutelado por ideologías”.
Hipólito Donoso, profesor, resalta el cabildeo de Candanedo para que el Consejo General Universitario condenara la violación de los derechos humanos del régimen militar previo a la invasión de 1989.
Los profesores doctores Miguel Ángel Cañizales, Carmen Terrientes de Benavides y Eduardo Flores destacan su extraordinario legado y su patriotismo. Luchador, noble, honesto, leal y ejemplar son cualidades que enumera María del Carmen.
Mientras estudiaba literatura, Anais Morán irrumpió en la escena teatral, como productora y actriz dramática, especializándose en la tragedia griega, de la mano de Isis Tejeira y Jarl Babot. Por 32 años fueron pareja Anais y Miguel. Criaron a su hija, Diana Carolina, y han animado, cada uno, en su estilo, dones y conocimientos, la escena nacional.