Nadeskha Mackenzie no quiere que le hablen de inclusión sin mencionar la accesibilidad. No son lo mismo. “Por moda muchos quieren mostrarse inclusivos, pero no piensan en cómo construir espacios pensando en todos”, comenta.
Sentadas frente a uno de los ventanales hacia el mar del hotel JW Marriott, conversó con la diseñadora gráfica y asesora de imagen de 36 años mientras la maquillista Romina Pittí prepara su rostro para la sesión de fotos de portada de esta edición de la revista Ellas.
Un pequeño tatuaje de una silla de ruedas con llantas en forma de corazón se nota en la parte lateral de su cuello. La palabra resiliencia recorre el borde de su antebrazo. Me cuenta que se los tatuó después de su accidente. Le recuerdan su proceso de recuperación, cómo vivió su duelo a su propio modo; y a su silla, esa que no la define, pero la ayuda a seguir recorriendo.
En sus redes sociales se abre sobre su experiencia como persona en silla de ruedas. No importa el tema, ella lo aborda. Lo hace porque ha visto que muchos tienen dudas, pero no siempre se atreven a preguntar. Ella también se hacía esas preguntas, pero no encontraba a quién hacérselas.
Entaconada y manejando su carro
Eran carnavales en Panamá. Ese año, Nade no tenía ánimos de culecos, así que junto a una amiga compró un paquete turístico para ir a Bocas del Toro.
Cuando iban por la carretera de Cabello de Ángel, cerca de Bocas, el bus que venía detrás del suyo perdió los frenos y golpeó el de ella. Por el impacto, se volteó.
12 horas después, hospitalizada en la capital, su doctor le dio la noticia: tenía una lesión medular T4, donde se pierde la movilidad y sensibilidad desde la altura de los senos hacia abajo. “Me puso como ejemplo el caso de Christopher Reeve, el actor de Superman. Yo sabía que era grave, pero lo primero que pensé era qué tenía que hacer para recuperarme”.
Lee más en Ellas.pa


