35 años después de que la banda Oceano lanzara el disco Conga Rock, Tamayo Records vuelve a remasterizar este álbum que se convirtió en uno de los más emblemáticos de su discografía, caracterizada por una fusión ecléctica de ritmos que van desde el rock hasta la salsa.
El relanzamiento de este álbum forma parte de las actividades que la agrupación musical realiza para conmemorar las cuatro décadas de existencia de Oceano, que fueron celebradas con el tour ‘Cógelo Suave’, una gran fiesta que se celebró el pasado 28 de mayo en el teatro Ateneo de la Ciudad del Saber.
El disco comienza con el tema Revolución, una fusión de géneros musicales con alta dosis de alegría y picardía. Incluye temas musicales instalados en la banda sonora de generaciones de panameños como Él Derramó Su Amor Por Ti, que alcanzó la posición número uno en las radios comerciales de México, Colombia, Panamá y varios países de América Central.
Conga Rock, incluso, llevó a Oceano a una gira en 1988 por México y Colombia, donde participaron en el llamado “concierto de conciertos” en el estadio El Campín de Bogotá.
Otros temas del repertorio de este disco cumbre de Oceano son: Lluvia, Te Lo Digo -que obtuvo el mismo éxito de Él Derramó Su Amor Por Ti- y No Supimos Compartir, una canción que resalta la necesidad de atesorar momentos y recuerdos valiosos de la vida.
El gerente general de Tamayo Records, Jorge Luis Escobar, dice que el disco remasterizado que se lanza nuevamente es el primer álbum que impulsó internacionalmente el rock en español de Panamá y que se convertiría en un símbolo del rock latino.
Los temas de Conga Rock no solo testimonian una época específica, como podría ser la de los años 1980, sino que reflejan sentimientos, emociones, pensamientos y vivencias atemporales con los que se puede identificar cualquier generación. Además, dice, puede ser fuente de inspiración para músicos jóvenes que buscan un referente de lo que en su tiempo marcó un álbum de este tipo.
Una osadía
Conga Rock -lanzado en 1987- es uno de los testimonios sonoros de las etapas más singulares de chicos de entre 17 y 20 años de edad que nunca imaginaron el éxito que tendrían dentro y fuera del país.
El álbum surgió en el proceso creativo y de ensayo que se llevó a cabo en el estudio de grabación Origen con los ingenieros de sonido Roberto Delgado, Raúl Ameglio y Stanley Bryan Cox. Posteriormente, Dennis Hetzendorfer mezcló Te Lo Digo mientras que en las demás canciones intervino Mike Fuller como el ingeniero de mezcla.
Es una radiografía de los primeros amores y decepciones los miembros de la banda. Las canciones fueron ideadas, entre otros, por los compositores y fundadores de Oceano Salo Shamah y Leo Goldfarb.
Amistad y vocación
La producción de este trabajo discográfico en su etapa original trajo consigo muchas anécdotas y recuerdos de una banda que, aunque tuvo sus altibajos como cualquier grupo de amigos, siempre mantuvo el sentido de camaradería.
Así es como lo recuerda el bajista Patrizio Marucci. “A pesar de las diferencias de carácter que hay en el grupo pudimos mantener esa unidad. No es fácil pero se logra”, expresó.
Shamah recuerda esos días con la banda como una etapa de gran fusión y aprendizaje musical con el compañerismo por delante. “Llevábamos la juventud del rock combinado con el sabor latino. Éramos rockeros de orígenes diversos y eso influyó mucho en Conga Rock. Fuimos parte del fenómeno del rock de los años 1980, donde las bandas de rock más pesadas triunfaban con baladas sublimes y ese es el contraste que más recuerdo de esa producción”, comentó.
El baterista y vocalista Leo Goldfarb dijo que el grupo siempre buscó hacer música que apele a todos los públicos. “Si bien teníamos ese ímpetu de rockeros, siempre queríamos hacer algo que sea intergeneracional”, explicó.
Uno de los guitarristas de Oceano Servio Tulio González, conocido como Flying Pitongo, describió que lo que hace único al grupo es la diversidad de talentos y personalidades de cada uno de sus integrantes.
Boris Allara, también guitarrista de la banda, afirmó que el grupo Oceano dejó una impronta indeleble en el rock nacional.
“El legado más importante que deja Oceano es que evidenció que sí se puede hacer rock desde Panamá. Nosotros nos atrevimos a grabar y a echar para adelante. (…) La enseñanza que deja Oceano es que nosotros como país tenemos el potencial de hacer nuestra propia música y de ahí salieron después otros grupos como Los 33 y Los Rabanes, y las bandas empiezan a grabar sus propias canciones”, dijo.
El conguista de Oceano Zito Bares coincidió con Allara al respecto y detalló que “en Panamá no se creía en el rock en español”. “Nos decían por qué no hacíamos como Menudo y la gente decía que para qué el rock en español en Panamá si el rock se hace en inglés. Por ejemplo, todavía hay gente que dice que no escucha el rock en español porque piensan que solo el rock se debería hacer en inglés”, comentó.
A las futuras generaciones
El consejo de los integrantes de Oceano a los futuros artistas es que si bien es natural tener otras influencias musicales, deben buscar su propia propia voz. “El punto es hacer un sonido diferente al de los otros”, remarcó Marucci.
Goldfarb, en tanto, apela a la confianza en uno mismo como el pilar fundamental para triunfar en los escenarios y “repetirse mil veces que las cosas se van a dar”. Además, mucha práctica para alcanzar la excelencia, sin olvidar que hay que rodearse de la gente correcta para producir música.
Flying Pitongo remarcó, por su lado, que ser músico es un oficio que, como muchos otros, conlleva sacrificios personales y sinsabores, pero que esa sensación de dejar un legado es algo que no tiene precio.
Por su lado, Bares recomienda tener un plan B por medio de una carrera profesional que se pueda compaginar con la música, concluyó.
