La salud global abarca aspectos que impactan directa o indirectamente la salud y pueden trascender las fronteras nacionales. El desarrollo y la implementación de soluciones requieren cooperación global, como se evidenció durante la pandemia de la covid-19, según recordó el doctor Deus Bazira, director fundador del Instituto de Salud Global de la Universidad de Georgetown, en Washington D.C., durante un seminario dirigido a periodistas latinoamericanos, en marzo pasado.
En su presentación, titulada “Salud Pública Mundial: fortalecimiento de los sistemas”, Bazira proporcionó datos sobre el gasto total en salud, destacando que supera los 1.7 trillones de dólares, equivalente al 8% de la producción mundial. Aunque significativo, señaló que este gasto no es suficiente.
Además, mencionó diversas amenazas a la salud, como factores ambientales, comercio de productos nocivos y tráfico de drogas ilícitas, que han superado la capacidad reguladora de los gobiernos nacionales.

El director del Centro para la Práctica e Impacto de la Salud Global de la Universidad de Georgetown advirtió también sobre la reducción de la financiación en salud y la disparidad entre los países desarrollados y los países en desarrollo en términos de gasto en salud.
Ante esto, propuso conceptos como la solidaridad global y la diplomacia sanitaria mundial para promover el bien colectivo y el beneficio mutuo.
Bazira enfatizó la necesidad de alinear la salud mundial con los sistemas de salud nacionales y viceversa.
Para abordar los desafíos actuales, instó a las naciones a demostrar compromiso político, prestar atención a los tomadores de decisiones y superar las barreras existentes, así como a acelerar los esfuerzos para aumentar el financiamiento interno en salud.