Perú. Situación crítica. Inestabilidad política, crisis de gobernanza. En las protestas que reclaman la salida de la presidenta Dina Boluarte, se han registrado casi 50 ciudadanos muertos.
Empeora cada día la situación y no se avizora a corto plazo una salida que supera la crisis.
Se ha producido una masacre, una reacción policial y militar desproporcionada. Se ha decretado un estado de emergencia en zonas del sur, en las que han perecido ciudadanos por impactos de proyectiles, incluso de armas de guerra, y no de disuasión de manifestaciones.
Las protestas se escenifican en las zonas más desatendidas del Perú, donde existen más desigualdades. Las protestas y la violencia reinante, en medio de esta crisis de inestabilidad, “es la gota que colmó el vaso”, reflexiona Emil Beraun, filósofo, historiador y estratega político peruano. “La gente está harta de que no se le tome en cuenta”, apostilla.
Sobresalen dos perspectivas de un solo Estado: la del sur empobrecido, de raigambre campesina e indígena, y la cosmopolita centrada en Lima. Todos debemos ser iguales, no obstante si muere alguien del interior, de esos sitios en los que se protesta se califica desde la autoridad de terrorista. ¿Se entierra la libertad de protesta?
Precisa Beraun: “Y se gana con eso prácticamente ser asesinado porque lo están haciendo”. Es muy grave. El país Lima y el país del sur están equidistantes: Pedro Castillo, del sur, ganó la Presidencia en 2021 por pocos votos, en una segunda vuelta electoral, que lo enfrentó a Keiko Fujimori. Desde ese triunfo, se ha enraizado una falta de tolerancia ante esos resultados: “Como nunca antes estuvo el condicionante clasista y racista en el Perú”, apunta el filósofo. Yo no pondría la mano en el fuego por Castillo, expresa, pero hay que reconocer que no se le perdonó que un chulo, un maestro rural, termine por ganar las elecciones y que en muchos aspectos gobierne con una orientación política que no beneficiaba a determinados sectores.
Por no distribuir publicidad estatal, grupos de medios poderosos, desde el primer día, se encargaron de atacarlo.
Impera hoy un golpe blando, identifica Beraun. El Congreso controla la acción oficial, si bien se mantiene en el poder la presidenta Boluarte, en cercanía con el Poder Judicial y las Fuerzas Armadas. Hay quienes se refieren a la actual situación como una dictadura parlamentaria/militar.
La política es el arte de lo posible y debe servir para tender puentes entre los distintos actores para satisfacer las necesidades de la población y no servir solo a un pequeño grupo de intereses particulares.
Una salida a la crisis sería la renuncia de la presidenta Boluarte, que desencadenaría en la convocatoria de elecciones generales. Cree Beraun que sería un paliativo, ya que ha habido seis o siete elecciones en las que se ha elegido autoridades que después han perdido legitimidad y han sucumbido.
Desde el día 1 de Castillo, el Congreso empezó a hablar de vacancia. Se ha creado una gran inestabilidad. Castillo, a finales de 2022, intenta generar un autogolpe y es detenido cuando iba a asilarse en la Embajada de México en Lima.
¿Qué cartas deben barajarse para recuperar la estabilidad política perdida?
El autor es docente, periodista y filólogo