Desde que la empresa OpenAI, misma del ChatGpt, presentara este año Sora, su herramienta de Inteligencia Artificial (IA) capaz de crear videos instantáneos hiperrealistas a partir de órdenes escritas, la sociedad reaccionó de diversos modos.
Los que se asombraron por lo rápido que avanza la tecnología, aquellos que temen que llegue el momento en que realidad y virtualidad carezcan de barreras, y quienes se cuestionaron si le había llegado el momento al mundo del cine (como en su momento con la llegada de la IA le pasó a disciplinas como la pintura y la fotografía) de preocuparse por ser desplazado.
Si bien, aún quizás es demasiado pronto para llegar a conclusiones definitivas sobre este tema, La Prensa conversó con personalidades panameñas del mundo del “séptimo arte” para conocer su opinión sobre este futuro, o mejor dicho casi presente, en que la IA pueda reemplazar parte de la industria cinematográfica o en el caso más extremo hacerlo por completo.
“Hoy, como nunca antes, vivimos dentro de una película de ciencia ficción que parece escrita por Philip K. Dick (1928-1982) conocido por The Man in the High Castle (1962) o Michael Crichton (1942-2008), escritor de Jurassic Park (1990). Una prueba es cómo la IA se está volviendo cada vez más cotidiana en nuestras vidas: desde pedirle a Waze que me indique cómo llegar a tal sitio o que a Alexa me recuerde que debo apagar el horno en 20 minutos. En el cine ocurre algo similar: nadie salió de la sala de cine indignado cuando vio los miles de orcos digitales de la saga de El Señor de los Anillos (2001) o cuando la tecnología ayudó a que Josh Brolin brindara una aún más fascinante interpretación de Thanos en Los Vengadores (2012)”, comenta el crítico de cine Daniel Domínguez Z.
Para Domínguez, al igual como ha ocurrido con otras creaciones tecnológicas, la IA debe estar regulada por leyes que favorezcan a la sociedad en general, entre ellos, a los artistas vinculados con el cine, la televisión, el streaming y los videojuegos. “Es un tema tan serio que, en la pasada huelga de actores y guionistas de Hollywood (2023), uno de los puntos de discusión y negociación con los estudios fue el control regulado a la hora de usar la IA para reproducir la imagen y voz de los intérpretes, y en la redacción de los guiones. Porque cuando algunas productoras lo hagan cada vez con mayor frecuencia, se lleve a cabo desde el cumplimiento de leyes que cuiden la identidad y las creaciones de las personas”, reflexiona Domínguez.
En este punto concuerda el actor David Comrie (30 monedas - 2023) quien dice que el tema de la pasada huelga no fue 100% de tipo económico, sino por el uso indiscriminado de la IA en, por ejemplo, la creación de guiones o la creación de actores de forma digital. O tomando las facciones de un actor y reutilizar su imagen sin que el actor, así sea un extra, reciba una remuneración.
“Yo creo que en estos momentos lo más importante es que si yo ahora mismo miro un contrato, tengo que ver y ser específico con ese contrato y decir, mira, yo quiero ser el dueño de esa figura digital para tener también el control de esa figura digital”, comenta Comrie, y añade que de llegar a presentarse este tipo de escaneos faciales, “el estudio lo explota como quiera. Puede hacer, por ejemplo, cosas con ese personaje que tiene mi rostro, que yo no haría como actor, ¿Sabes? Cómo ser racista, discriminador, actos de sexo o lo que sea. Cualquier cosa que yo no haría como actor”.
Aunque si bien, la tecnología permite hacer cosas como clonar un actor de forma digital, para Comrie lo que todavía no puede hacer es darle realismo que un actor de verdad puede hacer. “Como actor mi trabajo es siempre ayudar a contar la historia de un personaje específico pero, desde la verdad, y obviamente, pues, IA no te da esa humanidad”, dice Comrie, quien no ve posible, por lo menos a corto plazo, que una imagen digital pueda transmitir las emociones como lo hace un ser humano.
Por su parte, el cineasta panameño Abner Benaim (Plaza Catedral - 2021) piensa que hay que darle un poco más de tiempo para ver qué pasa. “Creo que definitivamente va a influir, y cada vez más se van a valorar las ideas, las historias y la conceptualización de las piezas, que para realizarlas vas a tener IA como una herramienta muy importante. Hemos estado yendo en esa dirección en cine hace tiempo, pero lo difícil de imaginar ahora es qué tan lejos va a llegar”, visualiza Benaim.
Para el también director de Invasión (2014) cada uno de nosotros sabe fabricar mundos en la imaginación y en los sueños; “si la IA lo logra, pronto estaremos mostrándonos esos mundos el uno al otro como si fuera un mensaje de WhatsApp o una foto. La imaginación humana fue la que ideó la IA, y siempre va a ser la materia prima, la fuente. Pero habiendo dicho todo esto, pienso que lo más importante siempre será contar historias que conecten a nivel emocional, que tengan sentido, que nos hagan pensar, que nos diviertan. Eso se puede lograr con un lápiz y un papel, o con IA. Y saber hacerlo siempre será un arte”, sentencia Benaim.
