Es el acabose esa carencia de agua potable en Veracruz y en muchas otras comunidades metropolitanas. Algo huele mal. Uno ya escuchó candidato intenso prometiendo que ese mal terminaría. Más de 400 mil personas padecen a diario de esta escasez.
Por calle, pueden ganar una olimpiada por capacidad de aguante.
El abastecimiento de agua, en un pago con abundantes fuentes, que abandera el Chagres, cual Nilo, se complica con el periodo de sequía, las secuelas de la temporada del Fenómeno del Niño y los estragos provocados por el calentamiento global.
Ese calentamiento, lo estamos sufriendo por un aumento de la temperatura, los calores frecuentes, hasta por temporadas, y el cambio de patrones climáticos, frente a los cuales tendremos que prepararnos -desde ya- para amortiguar sus efectos.
Precipitación no nos falta, aunque dependa de cada periodo. Carecemos de programas para la recolección de agua lluvia, en presas y embalses. Y ese líquido se pierde. En comunidades desérticas, el agua es un tesoro, no obstante en nuestro medio se desperdicia, no solo aquella que llega al hogar a través del grifo, si es que llega.
Valiosas experiencias de acueductos rurales deben ampliarse y emprenderse campañas para cuidar los mantos acuíferos, por pequeños que sean. Nos toca aprender, a largo plazo, técnicas de reutilización y conservación, así como de desalinización, convertir la salada en agua dulce, como en Arabia Saudí y otros países árabes, Japón y España.
Por la sequía que apenas comienza, se calcula que en los próximos 12 meses perderá, o dejarán de ingresar, de 150 millones a 200 millones de dólares nuestra principal empresa, estatal, el Canal de Panamá.
Se ha debido limitar el tránsito de buques y en algunos casos transportarlos con una carga que no sobrepase un calado por nave de 13 metros. Con estas restricciones, se pierde dinero, en una empresa acostumbrada a la alta rentabilidad.
Los tránsitos de barcos disminuyen de 4 a 6 diarios.
Las alarmas están encendidas. ¿Cómo compensar esa escasez de agua para garantizar el tránsito de barcos, que suma 12 mil al año? ¿Ese negocio de pasar barcos será sostenible? ¿Habrá que desarrollar embalses, que signifiquen mayor flujo de agua, como el de la cuenca del Río Indio (Colón)? ¿Debe debatirse y planearse la posibilidad de construir un canal a nivel?
¿Qué convergencias y divergencias existen entre las actividades de prioridad y la garantía del abastecimiento de agua: consumo humano, paso de barcos, minería, agricultura, turismo?
La población se situará en los 5,3 millones dentro de 15 años. Demandará más agua de calidad en lo químico, físico y microbiológico. Con la expansión demográfica de la provincia de Panamá Oeste se ha duplicado en una década la demanda de agua potable.
Las fuentes de agua se reducen por la degradación de los suelos, la disposición de desechos, la contaminación (también por plaguicidas y fertilizantes en la agricultura) y la creciente urbanización.
En el mundo, el 25% de la población no tiene acceso seguro de agua potable ni para lavarse las manos, y más del 40% carece de servicio continuo de saneamiento.
El autor es docente, periodista y filólogo