La historia se repite en espiral. Lo dijo Vico en Nápoles en 1744.
Expurguemos oro, y que, zas, se aparezca la plata y el molibdeno. Te salió el cobre. Aurum, hermano de aura: brillo, como el del amanecer. Así lo bautizaron en latín. Parientes: aurora, austral, Australia, Austria. Están en geografías diferentes, ojo. Devuelve esos lingotes de oro. Brilla tu cobre. Oro y cobre, codicia y avaricia. Riqueza y estulticia.
¿Y qué me dices de Castilla del Oro, creada en 1514, por la Corona Española y en cuya provincia puso al frente al general Pedro Arias de Ávila? El territorio con semejante nombre, atractivo para piratas y saqueos, se extendía desde el Golfo de Urabá (extremo suroriental de Panamá) hasta el río Belén. En el extremo occidental, funciona un reino. Si lo identificas en 5 segundos, ganarás viaje a Vancouver, cortesía de Nito Regalón. La capital de Castilla de Oro era Santa María la Antigua del Darién (nombre de la madre de Jesús más río), bautizada y creada cuatro años antes por Balboa.
En la Navidad de 1502, Colón nombró Belén al río próximo del municipio de Donoso, donde estableció asentamiento en una orilla. Todo iba en paz, pero el genovés, en ese cuarto viaje al continente, debió marcharse por la ferocidad de los indígenas, que se defendían con flechas envenenadas. Había paz y trueque. Cristóbal padecía gota. En el terreno lo representaba su hermano Bartolomé. El europeo se sobrepasó con una de las concubinas del líder, Quibián. No llegó a los niveles de la guerra inaugurada por Putin porque Colón ordenó: ‘Vámonos’.
Morgan triunfó. Madrugonazo el miércoles 28 de enero de 1671. Con 400 hombres, llegan del Caribe. Al mando del pirata Morgan, asestan un golpe mortal a la Corona española, al atacar y saquear de madrugada a Nuestra Señora de Asunción de Panamá (Panamá Viejo es denominación posterior para referirse a los escombros). Se calcula que la matanza fue de 3.000 personas. Muchas más víctimas, violaciones y agresiones. Desde el Pacífico hasta el Caribe (río Chagres), Morgan transportó oro a tutiplén, en 175 mulas. El 60% del metal recaudado en América por la Corona se depositaba en la ciudad.
Una panameña se enfrentó a Morgan. Se llamaba Pilar (o Teresa). Quiso seducirla y ella lo amenazó: ‘Si me tocas, me autoflagelo’. Mantenía un cuchillo allí donde las abuelas depositaban las monedas. Ordenó detenerla. Salvó el pellejo.
Morgan halló la tierra prometida. En la ciudad rosa y blanca se vivía como en Londres, París y Madrid. Era el gran sueño de Morgan, Drake, Vernon…saqueadores profesionales.
Dos años después se construyó el fortín de San Felipe, hoy corregimiento y tarjeta postal de la república.
Enclave escocés.
El Reino de Escocia se embarcó en el enclave Nueva Caledonia, en Guna Yala (Proyecto Darién). Fracasó. En la década de 1690. Escocia estaba quebrada en lo político y económico. Cosechas por el piso.
Reunió dinero (como 40 millones de libras esterlinas de hoy) y puso al frente del proyecto a William Paterson. En dos expediciones, llegaron hasta 2.500 personas. Los aborígenes no los recibieron mal, pero sí las enfermedades tropicales. Hubo mortandad. Sobrevivieron algunas decenas. A los indígenas no les interesó comprar los peines y otras baratijas que les ofrecían. Quebró el reino e Inglaterra salió a su rescate. Escocia quedó tan endeudado que tuvo que integrarse al vecino grande, Inglaterra. Surgió en el amanecer del siglo XVIII la Gran Bretaña.
El autor es docente, periodista y filólogo