Después del éxito conseguido tras las diez ediciones del Festival Internacional de Cine de Panamá (IFF Panamá, por sus siglas en inglés) y su posterior impacto en el ámbito cinematográfico internacional, la Fundación IFF Panamá decide emprender un cambio organizacional en respuesta al crecimiento logrado con el desarrollo de las actividades de la organización, que no solo se centran en la puesta en marcha del festival de cine sino también en programas, iniciativas y proyectos que contribuyan a la potencialización de los trabajadores de la industria cinematográfica del país y que fueron desarrollados en los últimos tres años gracias al apoyo del Laboratorio de Innovación del Banco Interamericano de Desarrollo, mejor conocido como BID Lab.
Es entonces que Pituka Ortega Heilbron pasa de ser la directora ejecutiva de la Fundación IFF Panamá a presidenta de la junta directiva de la Fundación -cuya función es velar por la gobernanza y fijar estrategias para el cumplimiento de la misión de la organización-, mientras que Bernardo Ordás Guardia se convierte en el director de la Fundación IFF Panamá, después de ser su co-director desde 2021. Los cambios buscan impulsar una transformación que siga optimizando el valor que el festival agrega tanto al ámbito del cine como a la sociedad en general.
Ordás Guardia expresó a La Prensa que estos cambios robustecen a la Fundación IFF Panamá, entidad en la que Ortega Heilbron tiene ahora una perspectiva más amplia desde la junta directiva y Ordás, como director, colaborará en el desarrollo de la parte estratégica del festival. “Esto quiere decir que yo asumo un rol de dirección y Pituka Ortega asume la parte directiva”, agregó.
En cuanto a la onceava edición del Festival Internacional de Cine 2022 -que se llevará a cabo del 2 al 4 de diciembre- el nuevo director adelantó que la cartelera constará de 15 películas y que estarán presentes en Panamá al menos 10 invitados internacionales. Las sedes serán La Manzana, en Santa Ana, el Ateneo de la Ciudad del Saber, el Museo del Canal Interoceánico y, el hotel oficial, La Compañía.
“Este festival será más pequeño que en el pasado. Sobre todo, por el impacto de la pandemia que golpeó muy fuerte a la fundación y al festival. Sin embargo, va a ser un festival muy potente que va a traer a Panamá gemas tanto del cine panameño como regional y del mundo. Estamos asegurándonos de que las películas que vamos a proyectar este año sean películas que tengan un gran impacto y que vengan con una importante trayectoria”, adelantó.
En sus diez años de trayectoria, el IFF Panamá atrajo a unos 170 mil espectadores y a 980 invitados de 24 países, al tiempo que logró convocar a medios internacionales importantes, como la revista estadounidense Variety o el diario británico The Guardian. El evento internacional además refuerza la marca país en todo el mundo ya que su alcance anual es de 77 millones de personas y consolida a Panamá no solo como una referencia en el cine sino en otros ámbitos como el arte, la cultura, el turismo y los negocios.
Aunque la organización del IFF Panamá 2022 es la prioridad a corto plazo, también se están planificando los programas que se realizarán en 2023, que tendrán un énfasis en el aprendizaje que se tuvo en conjunto con el BID Lab y que, a grandes rasgos, implica que la fundación, más allá de hacer un festival cinematográfico de talla internacional, mantiene una línea de trabajo en pro del posicionamiento de Panamá como un hub cinematográfico, así como el reforzamiento del sector audiovisual del país y el desarrollo social de la región centroamericana.
Ordás Guardia se vinculó al festival desde sus inicios, en ese momento como audiencia; después su relación se hizo más cercana, al ser Copa Airlines, la empresa en la que trabajaba, un patrocinador del evento. En 2021, después de culminar una maestría en Medios e Industrias Creativas en la Erasmus Universiteit Rotterdam, en los Países Bajos -su tesis versó sobre intersección entre el cine y el teatro con un enfoque en la realización de festivales- sintió la necesidad de volver a Panamá para colaborar con el festival y contribuir al fortalecimiento del cine nacional, así que se involucró con la fundación hasta ocupar el cargo de co-director.
“Yo soy el ejemplo de una persona que pasa de ser audiencia a ser parte de este proyecto. Para mí esta es una historia de amor muy especial porque ahora formo parte del engranaje que hace posible el festival (...) ”, afirmó.