Un desenfrenado espectáculo de terror corporal sobre la objetificación de la mujer

Un desenfrenado espectáculo de terror corporal sobre la objetificación de la mujer
Demi Moore es la protagonista de este filme de terror corporal. Tomada de Internet.


Grotesca, visceral y escalofriante, La Sustancia (The Substance) es una película de terror corporal dirigida y escrita por Coralie Fargeat. Narra la historia de una estrella televisiva que, enfrentando la pérdida de su juventud y fama, decide probar una droga que le promete crear una versión más joven, bella y perfecta de sí misma.

La Sustancia es un digno exponente del subgénero de terror corporal, y no tiene nada que envidiar a los clásicos que claramente lo inspiran, como The Fly (La Mosca) y La Cosa (The Thing), del maestro David Cronenberg. Este subgénero, poco representado en el cine popular, se caracteriza por imágenes incómodas, perturbadoras y traumáticas del cuerpo humano en mutación, lo cual usualmente requiere trabajos exhaustivos de prótesis y maquillaje, tanto para los actores como para el equipo de producción.

En La Sustancia, la protagonista Demi Moore soportó sesiones de hasta 10 horas para colocarse y quitarse las prótesis, un esfuerzo que se traduce en algunos de los efectos visuales más impactantes y terroríficos del año.

Temáticamente, la película no deja cabos sueltos. Con un guion premiado en Cannes, aborda de manera incisiva la objetificación de la mujer y los dañinos estándares de belleza, especialmente en mujeres de mediana edad que sienten la presión de ser siempre hermosas, jóvenes y adoradas. Narrativamente, la película mantiene un crescendo a lo largo de sus dos horas y cuarenta minutos, intensificando las tensiones y la sensación de descontrol, lo que culmina en un tercer acto frenético y desquiciado que difícilmente será olvidado por la audiencia.

La trama sencilla pero efectiva de la película es complementada por un trabajo de cámara sobresaliente, que emplea lentes de ojo de pez, primeros planos extremos y planos holandeses para reforzar la sensación de incomodidad y caos que atraviesa toda la cinta.

Las dos protagonistas, Demi Moore y Margaret Qualley, son el alma de la película. Qualley aporta la juventud, sensualidad y belleza que su personaje exige, con una actuación que se vuelve temeraria en la segunda mitad del film. No obstante, es Moore quien se roba la atención, entregando una de las mejores actuaciones de su carrera. Con un personaje atrapado en una espiral de locura y desintegración corporal, Moore despliega una interpretación desquiciada y perturbadora, marcando un renacimiento para la veterana actriz.

La Sustancia se erige como una de las mejores películas de terror en un año que ha tenido una oferta notable en el género. Sin embargo, su estilo particular de horror corporal será difícil de digerir para una parte de la audiencia (varias personas abandonaron la sala cuando la vi). Más que asustar, la película busca repugnar y perturbar, pero lo hace de manera efectiva al contar una historia cautivadora con ideas poderosas, gracias al impresionante trabajo de la directora y su equipo de producción.


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