Colombia renovará sus autoridades en un mes. Es un vecino con el que Panamá mantiene una relación muy estrecha. No obstante la existencia del Tapón de Darién –único obstáculo de la carretera Panamericana–, la comunicación es intensa por medio de un puente aéreo.
A ambas naciones las separa una frontera de 266 kilómetros, inhóspita, volátil, vacía y con flujos migratorios y de grupos irregulares. Los poblados más cercanos a esa frontera son Sapzurro, Capurganá y Acandí (Colombia) y Puerto Obaldía, Boca de Cupe y Púcuro (Panamá). En la zona caribeña fronteriza estuvieron los primeros enclaves europeos en el continente, que se remontan a más de 510 años.
El futuro gobernante colombiano, Gustavo Petro, se compromete a abrir la frontera de 2 mil kilómetros con Venezuela, cerrada hace tres años por el presente gobierno, de Iván Duque. “Petro desea que la relación con sus vecinos vaya más allá de la lucha antidrogas y el crimen transnacional”, afirma Hugo Sierra, periodista y profesor bogotano.
El propósito del entrante Ejecutivo colombiano es que la relación con Estados Unidos (EU) rebase las materias relacionadas contra el tráfico de drogas, las extradiciones y el crimen organizado.
Las primeras reuniones telefónicas de Petro con el presidente Biden y su secretario de Estado, Antony Blinken, han introducido el tema del cambio climático.
Petro se propone desarrollar tres ejes: la paz, la justicia social y la justicia ambiental. Como alcalde de Bogotá (2012-15), Petro fue abanderado en esos ejes, recuerda Sierra.
El ideal es la paz en América Latina. Coincide esa propuesta del futuro presidente con aquello que proclama en su segundo mandato el presidente de Francia, Emmanuel Macrón: una Europa unida en torno a la paz, subraya Edilia Camargo, filósofa y atleta panameña.
Además del impulso de la paz, en un país como Colombia, marcado por la guerra, Petro luchará por afrontar el cambio climático, que puede convertirse en un identificador común para América Latina. En las Naciones Unidas, el Grupo Latinoamericano y Caribeño frente al cambio climático no ha votado en bloque en la última época.
Petro –sustenta Sierra–, en materia ambiental planea la transformación energética a través de la renovación de energía (hidrógeno verde y azul), para reemplazar el petróleo y otros combustibles fósiles.
Colombia es el segundo socio comercial de Panamá y segundo país inversor. Superado solo por Estados Unidos. Para Colombia, Panamá es mercado importante.
Hay en Panamá una vigorosa presencia empresarial colombiana, que, incluso, ha adquirido empresas tradicionales. Sobresale en la banca, energía, construcción, alimentos y recolección de la basura en comunidades. Una de las distribuidoras eléctricas es una empresa pública colombiana, ENSA.
Colombia es el quinto exportador mundial. Su cartera es diversa: carbón, oro, café, flores, tamal, leche, muebles, aviones ultraligeros, mariposas, escarabajos, implantes de silicona.
Sus principales socios comerciales: EU, China y México. En segundo rango, Panamá, Brasil y Ecuador.
En torno a la frontera común, en el denominado Tapón de Darién, que alberga una gran biodiversidad y comarcas indígenas, confluyen muchos intereses contrapuestos, en los que sobresalen los geopolíticos de EU. Se han establecido rutas de narcotráfico y hay focos de terrorismo y crimen organizado.
Ambos países tienen calificación mala en la lucha anticorrupción. Y tienen gran oportunidad para desarrollar la cooperación científica y económica.


