Wanda Díaz, la rueda atrapadora de desechos está lista

Wanda Díaz, la rueda atrapadora de desechos está lista


El ensamblaje e instalación de Wanda Díaz, la rueda de agua que atrapará los desechos sólidos flotantes en el río Juan Díaz, cerca del corredor Sur, en el distrito de Panamá, ya se completó.

Este es un sistema innovador que utiliza energía hidráulica y solar, el primero en Latinoamérica y que posicionará a Panamá a la vanguardia regional de la protección de ríos y mares, así como en la lucha contra la contaminación por plásticos.

Esta rueda de agua trabajará en conjunto con la barrera flotante conocida como BoB, que detendrá los desechos en el río Juan Díaz para que estos sean luego transportados al sitio donde se hará el proceso de recolección, clasificación, correcta disposición y reciclaje.

La directora ejecutiva de la organización ambiental Marea Verde, Sandy Watemberg, señaló que en estas últimas semanas han estado realizando pruebas de funcionamiento e instalando la barrera BoB, ya que se tiene previsto ponerla en funcionamiento el próximo miércoles 22 de septiembre.

Añadió que la realización de este proyecto comenzó con una inversión de $3 millones que ganó la organización en 2019 en el concurso Iniciativa de Océanos Benioff y la Fundación Coca-Cola, que tenía como fin traer a Panamá y a la región el primer sistema de recolección automática de basura de ríos inspirada en las llamadas Trash Wheel de la bahía de Baltimore, en Estados Unidos.

Además, Watemberg subrayó que el proyecto cuenta con el apoyo de donantes locales, de la empresa de alta tecnología Wisy; de Santa María Panamá y de organizaciones no gubernamentales como Costa Recicla, Sociedad Audubon de Panamá, Mar Viva, entre otras.

El nombre del sistema es Wanda (acrónimo de la expresión wheel and action) y es una “hermana” de las cuatro ruedas atrapa basura que operan en diferentes ríos de Baltimore y que fueron instaladas entre 2014 y 2021.

En siete años de funcionamiento, las cuatro ruedas han sacado de las aguas mil 760 toneladas de basura y escombros, como 12 millones 460 mil 298 colas de cigarrillos, 1 millón 457 mil 476 botellas plásticas, 1 millón 342 mil 196 envases de foam y 832 mil 212 balones deportivos, según detalla la plataforma oficial de la iniciativa.

Basura en el mar

En Panamá, cada año se descargan al mar 102 mil 229 toneladas de basura, es decir, en promedio 280 toneladas por día, indican las estadísticas del más reciente informe publicado por el Programa de Naciones para el Medio Ambiente (2019).

Mientras que un estimado del 40% de la basura que se produce a diario en la ciudad capital, que suma 700 toneladas, va a parar a los océanos del país. La mayoría de esas toneladas corresponde a plástico, un elemento que tarda unos 400 años en degradarse.

Lo anterior es respaldado por un estudio de caracterización de basura realizado por la organización Marea Verde, luego de captar toneladas de basura en el BoB o barrera flotante ubicada hasta julio de 2020 en el río Matías Hernández.

El informe de Marea Verde muestra que 22.2% de lo encontrado fue botellas plásticas, 21% foam, 6.9% acrilonitrilo butadieno estireno, 6.4% textiles, entre otros desechos. El BoB evitó, en poco más de un año, que 95 toneladas de basura terminaran en el océano.

Watemberg expresó que de todos los residuos que se generan en Panamá, solo se recicla hasta 5%; el otro 95% no es aprovechado.

Recordó que Panamá es el segundo país de América Latina, por detrás de Chile, que más residuos genera percápita. Si comparamos el tamaño de Panamá con otros países de la región —dijo Watemberg—, nos da indicios de que estamos generando mucha basura.

Watemberg puso como ejemplo que por año alrededor de 100 mil toneladas de desechos terminan en el mar, lo que representa un buque Post Panamax Plus cargado en su totalidad.

Correctivos en marcha

La situación obedece a que en Panamá el manejo actual de los residuos sólidos está enfocado en su recolección y disposición, en lugar de la reducción, reutilización, reciclaje o aprovechamiento energético y compostaje.

De hecho, la Autoridad de Aseo Urbano y Domiciliario (AAUD) informó que se encuentra trabajando en la reglamentación de la Ley 276 de diciembre de 2021, que regula la gestión integral de los residuos en el país.

La nueva normativa establece que el Ministerio de Educación debe crear un programa de educación para la gestión de residuos, el cual será impartido en todos los niveles de enseñanza.

Este marco legal también crea incentivos a las empresas que se dediquen a esta actividad. Por ejemplo, permite a las personas naturales o jurídicas que incursionen en la actividad de reutilizamiento beneficios como una tasa anual del 15% de Impuesto Sobre la Renta y exención del pago de Impuesto de Transferencia de Bienes Muebles y Servicios (ITBMS) sobre transacciones de compraventa de los residuos valorizados.

Además, establece la exención de este mismo impuesto a la importación de maquinaria fabricada para la recuperación, reciclaje o valorización de residuos.

Otra acción para la eliminación del plástico es la Ley 187 del 2 diciembre de 2020, que regula la reducción y el reemplazo de los plásticos de un solo uso.

La primera fase de esta normativa restringió el comercio de los hisopos para el oído, cobertores de plástico para ropa de lavandería, varillas plásticas para sostener globos, palillos plásticos para dientes, palillos cocktail de plástico, palillos plásticos para caramelos y anillos para latas.

Mientras que la segunda fase, que prohíbe el uso general y la comercialización de los empaques plásticos para huevos, revolvedores de plástico desechable y platos plásticos desechables, comenzó a regir el pasado 1 de julio.

Miguel Flores, director nacional de Verificación del Desempeño Ambiental del Ministerio de Ambiente, expresó que en el caso de la Ley 187 se establece que los artículos prohibidos pueden ser reemplazados por materiales biodegradables de origen biológico y renovable como la madera, el bagazo de caña de azúcar, la fibra de abacá, la fibra de yute, la madera de bambú, el maíz, la yuca y el almidón de maíz.

Explicó que la norma promueve que se realice la sustitución progresiva por alternativas con materiales biodegradables, compostables, reciclables y reutilizables.

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