‘CHINGUEO’.LOS PANAMEñOS SUCUMBEN ANTE LA TENTACIóN DE LA APUESTA.
Guido Bilbao | gbilbao@prensa.comHace 20 añosLa ciudad de Panamá es una puerta abierta a lo impensado. Tómese un minuto y bájese del auto: si se anima a caminarla, en pocas cuadras podría encontrar de todo. Puestos ambulantes que venden revistas viejas y prendas íntimas femeninas a 10 centavos conviviendo con lujosos escaparates que ofrecen radiantes Ferrari y trajes Hugo Boss. Con los pies en la tierra, en Panamá también se pueden eludir los tranques, pero ahora que usted no se preocupa por los semáforos o la hostilidad de los "diablos rojos", podrá percibir cómo, a cada paso, si quiere, puede apostar por algo.