UN LLAMADO AL SEÑOR PRESIDENTE.
Rubén Darío Paredes | Hace 18 añosNo cabe dudas de que ante la ola creciente de robos, secuestros, narcotráfico e inseguridad ciudadana que a todos ya preocupa, el señor presidente, Martín Torrijos, hizo lo correcto, cuando apareció anunciando medidas tajantes de línea dura, para recuperar la confianza de la ciudadanía y estabilizar el orden público. Paso seguido expresó la necesidad de ciertas acciones de urgencia notoria para endurecer las leyes contra los menores infractores y desarrollar nuevos centros penitenciarios para recluir y resocializar a los privados de libertad que resulten condenados ante los tribunales de justicia. De igual manera advirtió juzgamientos y penas a los menores equivalentes a los que se les aplica a los adultos cuando son sentenciados por delitos graves. ¡Aquí sí difiero del mandatario! Nos parece que el Presidente, aunque acertado en su reacción, pudo haber sido más amplio y profundo en el instante en que se dirigió al país, ya que un sector importante de la población que origina opiniones de orientación ante grupos sociales importantes, esperaba que el mandatario también se refiriera, aunque de manera somera, a las verdaderas causas que producen este estado de descomposición social y criminalidad creciente, como lo son la pobreza y marginación en que han vivido inmersos y por varias generaciones estos panameños y paisanos, que la propia sociedad indolente o incapaz, ha sitiado en las villas miseria y barrios paupérrimos entre aguas negras y sus propias excretas durante los últimos 80 años.